Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIONES A LA HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE 4 1 más las angustias y lágrimas de la mujer, le habló la verdad y se le descubrió, y entonces fueron los esposos sorprendidos por los que los espiaban y separados. El juicio fue seguido y terminado, pero Quiroz logró salir de la prisión fugando. Borrás, un cómico natural de Buenos Aires, lo presentó a don J ulián Morales y a mí, como el mejor guía que podía llevar a los pasados al cuartel general de San Martín. Aprovechamos de sus servicios y nos sirvió perfectamente; entregó las comunicaciones en que de acuerdo con él, se le recomendaba a San Martín, pero sin ocultarle sus an tecedentes. Quiroz contó su vida al General, le ofreció una enmienda completa, lo que cumplió, y le pidió armas para cien guerrilleros; obtuvo la mitad de este número, y con tan pocos elementos a los dos meses consiguió tener doscientos hom– bres bien armados y montados. Se venía a las goteras de la ciudad, tomaba bestias y armas, y muchos del campo se le allegaban. Las levas de los enemigos obligaron a muchos a tomar partido con los guerrilleros. Quiroz fue tomado por los enemigos y fusilado inme– diatamente, como lo ejecutaban los soldados de La Serna con todo aquel que, perteneciendo a los que ellos llamaban montoneros, caía en sus manos. Esta desgracia sucedió antes de ser sorprendidos en lea, Tristán y Gamarra. Por cierto que mejor conducta tuvo Pezue– la, pues derramó menos sangre de prisioneros que La Serna y los que se revolucionaron contra el legítimo Virrey. Los absolutistas en el Perú no hicieron lo que los liberales, y el hecho que acabamos de referir lo comprueba. Asevera el señor Paz Soldán, que San Martín con la creación de guerrillas dio lugar a que la opinión se pronunciara por la causa de la libertad, y que las guerrillas servían para ocultar los movi– mientos en las operaciones que intentaba. Ambas aserciones son equivocadas. ¿Podrían haberse formado las guerrillas sin estar for– mada la opinión? ¿ o fueron hijas de la opinión y su efecto inmediato? ¿No empezaron cuando apenas había desembarcado San Martín? ¿y Ninavilca, Huavique, Jiménez y otros no se levantaron cuando San Martín acababa de desembarcar? San Martín no for· mó la opinión pública del Perú, ni sus medidas la formaron. Formada estaba desde el año 10, y lo comprueban los procesos de los patriotas, los destierros y prisiones que sufrieron y la pura e inocente sangre que en los cadalsos derramaron. ¿y Guayaquil, Piura, Lambayeque, Trujillo, Cajamarca y Chachapoyas, que se su– blevaron a fines del año 21, no lo hicieron porque la opinión

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