Memorias, diarios y crónicas

so FRANCISCO J AVIER MARIATECUI los indígenas tan antigua como la conquista; en los mestizos desde que rayaba en ellos el uso de la razón y ve ían como eran tratados, el desprecio de los españoles, el alejamiento de toda carrera, pues que se desdeñaban los aventureros de España de ladearse con ellos y por esto ponían obstáculos para que se d edicasen al comercio ; los hijos de raza española, desde que oían en sus casas que el elogio que los castellanos les hacían , era decir de ellos: no parecen criollos, ique lástima que sea criollo! No demos, pues, a San Martín lo que no es de San Martín; y del mismo modo no le atribuyamos a este General y al Almirante Cochrane lo que no hicieron. · Si el brigadier (general) español D. Juan Ramírez escribe a su ministro que San Martín en su s correrías de Pisco se llevó más de quinientos mil pesos, más de mil negros y o tras cosas más; no copiemos estas infam ias sin desmentirlas, no hagamos creer con nuestro silencio que los robos relacionados por un enemigo son ciertos ; sino po r el contrario, desmintámoslos y con razones demos· tremos que no pudo ser cierto lo que se imputa. No recibamos tampoco con inconsideración lo que los enemi– gos del eminente marino murmuraban y escribían contra él. Eran fábulas que inventaba el odio, que glosaban y propagaban los aduladores, que admitía con desconfianza y con indiferencia la multi tud. ¿Dónde se escondieron los mil negros que, según el autor, sacó Lord Cochrane de Caucato? ¿oe dó nde salieron esas mil cargas de azúcar? ¿Lord Cochrane las embarcó en Pisco, a la vista de toda la población? ¿cómo nadie habla j amás de ese embarque? ¿Las vieron las tripulaciones de los buques, las tomaron los soldados de la guarnición que desembarcó? ¿cómo es que ninguno se quejó de esas tropelías? ¿cómo es que ninguno reclamó su parte de presa? ¿y por qué San Martín no hizo este cargo al valiente marino? Suponiendo que hubiesen existido en la hacienda de Cau– cato esos seis mil pesos, al ver las embarcaciones enemigas ¿no los habrían puesto en salvo los que administraban Ja hacienda? No lo hicieron entonces, al desembarcar las tropas ¿no los habrían remiti– do al interior? Suponiéndolos tan descuidados, tan imprevisores, tan estúpidos ¿no los habr ían y puesto en salvo al ver marchar tropas enemigas al fundo? Si para todo es necesario la crítica, para escribir la historia es indispensable.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx