Memorias, diarios y crónicas

60 FRANCISCO JAVIER MARIATEGUI miento para que los extranjeros viniesen a establecerse en la Penín– sula. Pero que se lea esa ley y se verá que es un sarcasmo. ¿Qué se declara en ella? Que el territorio español es inviolable para los extranjeros que residan en España, o fuera de ella, con tal que respeten la Constitución política; que el asilo es sin perjuicio de los tratados existentes, en atención a que en éstos no se consideran los delitos políticos; se declara que los reos no serán entregados, que los individuos y sus prop iedades, comprendidas en esta ley, gozan de la p rotección de las leyes, y últimamente que jamás ser ían secuestradas o confiscadas esas propiedades. En la sesión de 16 de junio de 1821 trataron las Cortes de conceder a esos extranjeros permiso para que pudiesen trasladarse a cualquiera provincia de la España ultramarina, y lo que se mani fes– tó en esa sesión debe ser una lección para los americanos y para los que no lo son. iQué mezquindad de planes! iQué falta de ideas! Hubo d iputado que creyó de necesidad que debía exigirse de los extranjeros, que quisiesen venir a América, la calidad de Católico, Apostólico [y] Romano. Y de los que así procedían, ¿podía esperarse nada bueno para la América? En la sesión de 24 de junio leyó la comisión el informe sobre las medidas qu e debían tomarse para la pacificación de América, y ese documento, lleno de vaciedad y de declamación, conclu ía con la opinión de que se excitase el celo del Gobierno para que p ropusiese las medidas fundamentales que creyese convenientes. Dis– gustados quedaron los diputados de América con estas rid ículas e insignificantes medidas, cuando la América ardía, cuando la sangre corría a torrentes, cuando los cap itales desaparecían, cuando la población sufría pérdidas irreparables, cuando los hombres de saber y de talento perdían la vida en los banquillos, y cuando los generales españoles sostenían que era necesario matar a todo el que tuviese ideas y conocimientos. Si reconquistamos la América, decían los españoles, es necesa– rio que sólo queden autómatas, porque sólo los au tómatas se dejarán gobernar. Si la perdemos, es necesario que sea un país de bárbaros, para que se maten entre sí después, para que no puedan formar un gobierno ni consolidarlo, y sean esos ricos países con facilidad reconquistados. Presentaron por esto en la scs10n de 25 de junio, su bien sentida exposición cuarenta y dos diputados de estos países. ¿y qué lograron? Que las proposiciones que presentaron fuesen tenidas

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