Memorias, diarios y crónicas

66 FRANCISCO JAVIER MARIATEGUI un historiador reputamos esta om1S1on como una falta grave. Situado San Martín en el Perú, con todo el Norte independien· te a su espalda, desde que fracasó el plan de Cajamarca iniciado en Otuzco (6); con las provincias del Este batallando y sufriendo por la causa; con todos los pueblos movidos, y asediando el lugar de donde sus contrarios sacaban todos los recursos, la ocupación de este lugar era el plan que se propuso, y ocupar la ciudad era el complemento de la campaña y casi el fin de la guerra. ¿y quiénes fueron la causa de haberse obtenido tan grande y provechoso resultado? ¿Por qué el autor de la historia no expresa sus ideas, no emite una opinión? ¿Por qué no nos da la verdadera causa por la que San Martín no podía dejar el lugar que últimamente ocuparon los españoles y marchar con todas sus fuerzas en persecución del enemigo que se retiraba? Yo procuraré suplir esta falta. El único punto de recursos para los españoles era Lima. Aquí tenían todo los elementos de guerra, los de movilidad, la fábrica de pólvora, ropa para vestirse y vestir a los oficiales y tropa, caudales acumulados y en poder de hombres que todo lo daban, porque era para defender su causa, sus riquezas, su porvenir. Aquí estaba la Aduana, que desde que los españoles se retiraban, aunque no estuviesen rendidos los castillos, empezaba a producir para los pa· triotas. Los puertos del Sur y del Norte eran los puntos donde fondeaban y descargaban los neutrales. La ciudad se surtía de lo que necesitaba y había entradas para el Tesoro. Los enemigos tenían, en verdad, aún fuertes y aguerridas divisiones, territorio inmenso, eran activos y tenaces. Pero estaban metidos en el inte· rior, carecían de lo que el comercio de Lima les daba, en el interior escaseaba todo, y su ruina debía ser el final resultado de su posición. Las tropas se hallaban disgustadas y minadas, y los que no pudieron hacer nada en el emporio de su fuerza y su poder contra San Martín y su ejército y contra los trabajos de los patriotas y de la opinión, mal podrían superar estas mismas dificultades en el interior. El mar era nuestro, lo recorría el valiente Lord, y con conocimiento de todo el litoral y de lo que se podía hacer, era imposible que el Virrey recibiese recursos y muy difícilmente no ticias. Que el éxito de la campaña fue debido principalmente a San 6. De lo sustancial hablaré en otra anotación.

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