Memorias, diarios y crónicas

ANOTACIONES A LA HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE 71 D. Mariano Tramarría, éste, Cogoy y D. J erónimo Espinoza y ellos salvaron al robado; irara coincidencia! , de los tres, uno era perua– no, otro argen tino, Cogoy y Tramarría; chileno Espinoza. Concerta– dos Tramarría y Espinoza, ancianos, se dirigieron a las boca-calles para pedir auxilio e impedir que saliesen los saqueadores con lo robado, obligándolos a dejar sus quipes en lugar determinado. Co– goy buscó a los hombres del desorden y en una elocuente oración, les afeó su conducta, les mostró que degradaban y envilecían la santa causa de la libertad y de la independencia, les habló tamb ién de su responsabilidad ante Dios, les pidió que llevasen lo tomado a casa de Tramarría y concluyó abriéndoles su tienda y diciéndoles que tomasen lo que quisiesen de lo suyo. Yo no sé qué admirar más, si la intrepidez y sangre fría de Cogoy o la docilidad de los morenos autores del atentado y del saqueo. Lo robado en su mayor parte fue depositado en casa de Tramarría, en la tienda de Cogoy y en el café de la calle, propiedad de un peruano. Al día siguiente la familia del robado recibió casi todo el dinero, veintidos talegas, perdiéndose en metálico muy poco y recuperando casi todos los efectos. Sólo perdió lo que los primeros que acometieron tomaron y pudieron llevar, que fueron los retazos. Vive D. Antonio Villacampa, hijo, y me refiero a su testimonio. De las investigaciones entonces hechas, resultó que entre los grupos de la gente de color se metieron dos hombres blancos, quienes propu– sieron el saqueo, a que se prestaron los negros, dirigiéndolos a las tiendas del lado del café. Es probable que indicasen la de D. Manuel Cogoy y que los robadores la equivocaron y abrieron la de Villacampa. Los provocadores desaparecieron cuando vieron compro– metida la plebe. Este atentado execrado por todos y muy especial– mente por los patriotas, no tuvo consecuencia, no se repitió en ninguna parte y los amantes de la independencia lo habrían borrado con su sangre, si su sangre hubiese podido borrarlo. Referiré dos hechos que si Paz Soldán hubiese empleado un rato en investigaciones, habría consignado en su historia. Es el primero, que los españoles al abandonar la ciudad trataron de llevarse cuanto pudieron, y que las armas que no pudieron sacar por falta de acémilas, las destruyeron. Les pidieron sus paisanos que dejasen armas aunque fuesen inútiles para conservar el orden y no lo consintieron. Si por falta de armas no hubo patrullas y si por falta de patrullas hubiesen sobrevenido desgracias ¿esas desgracias no les serían imputables? ¿No habrían sido ellos responsables ante

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