Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 105 llenos de insolencia i confianza le hahian ido persiguiendo con la ma or firmeza. Cuando el general Pezuela libre ya de los graves peligros que ame– nazaban á sus divisiones ambulantes se preparaba á emprender operacio– nes mayores; i cuando solo esperaba la reunion de los batallones de E tre– madura i demas fuerzas que se le habían prometido para caer sobre el ejér– cito de Rondeau, ocupar las provincias de Salta i el Tucuman i los alles de Tacamarca i la Rioja, entrar en comunicacion directa con el reino de Chile i obrar en combinacion con las fuerzas que aquel presidente hicie e salir para Mendoza, se recibió en el cuartel general la Real órden de 14 de octubre del año anterior por la que babia sido nombrado virei del Perú i al mariscal de campo Sanchez Salvador se le encargaba el mando en gefe de aquel ejército, del que debería tomarlo interinamente el de igual clase don Juan Ramirez, destinado en propiedad para la presidencia de Quito. Esta noticia, si bien grata á la tropa i á los pueblos al ver premia– dos los relevantes servicios de un general tan afortunado que tantas vece lo hahia conducido á la victoria, habiéndose contado el número de sus triunfos por el de sus acciones militares, no dejó de crear alguna inquie– tud i recelo de que las operaciones de la guerra se resistie en de la falta de quien siendo un esquisito conocedor del terreno, de lo pueblo de todos los individuos de su ejército, i especialmente de las artería i flanco de los enemigos que tenia al frente, daba garantías mas segura de no u– frir interrupcion alguna su gloriosa carrera; pero la no menor práctica i entereza de ánimo de su sucesor interino, i el celo i decision del propie– tario, que lo :fue el mariscal de campo don José de la Serna en reemplazo del primer nombrado, Sanchez Salvador, disiparon la justa aprehension concebida al principio, i tranquilizaron el ánimo del soldado si bi n no se pudieron hacer los mayores progresos hasta que el nuevo gefe adquiri · los precisos conocimientos para emprender libremente sus operaciones. Habiendo entregado el general Pezuela á don Juan Ramir z 1 man– do del ejército compuesto en aquella época de 7284 homhr d toda ar– mas, se dispuso para el viaje de Lima que empr ndió n 15 del mLmo me , recorriendo á su paso las provincia de Puno, Cuzco Huaman a i Huan- avelica, logrando así tomar conocimientos topográfico d aqu ll pai i personales de sus respectivos gefes. Se hallaba entone mandando n Cuzco el coronel de Estremadura don Mariano Ricafort qui n on u lo i actividad babia podido instruir i uniformar 400 r alista d lo qu l virei P zuela formó el segundo batallon d dicho u rpo d dura, que dirigió al cuartel gen ral despu s de haberl dad 1 de 620 plazas. A su paso por Huamanga halló un escuadron de hú ar d F r- nando VII mandado por don J oaquin G rmnn i otro d drag lll' d In Union por el coronel don Vic nt Sardina cuya fu rza d .. 30 hom-
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