Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 117 mandante de caballería, Torres, ayudante de campo del general, el capi– tan del escuadron de granaderos de la guardia, ,Martinez, i el alferez del mismo, Camarillo, 18 hombres de tropa i unos 30 heridos fueron las ba– jas producidas en las filas realistas. Este primer ensayo de firmeza i arro– jo dió a conocer cuanto podia esperarse de los granaderos de la guardia , que tan glorioso nombre supieron adquirir sucesivamente bajo la direc– cion de su coronel el actual brigadier don Valentin Ferraz. La situacion del general era poco favorable hasta que llegó á prime– ros de marzo desde Potosí el segundo batallon del Imperial con un convoi considerable. En aquella misma noche de su llegada salió una espedicion á su inmediato mando para sorprender una partida de 200 faccio os que habia tomado posicion á tres leguas 'de Jujuí. El pronto regreso de e te gefe con varios prisioneros que había hecho al derrotado enemigo di ip ' las justas alarmas que se habían concebido por entonces. Otra espedicion todavía mas respetable se formó á principios de abril <'ompuesta de 500 infantes, 60 caballos i una pieza de artillería á las órdenes del referido coronel Valdés con el objeto de sorprender la partida del caudillo Corte, que tenia su campamento en los bajos de Parpalá i de adquirir noticias sobre la division de Olañeta cuyos triunfo i aun su paradero se ignoraba. Valdés ejecutó tan felizmente la sorpresa de aquel caudillo insurgente, que apoderándose de todas su avanzadas llego rn ser sentido hasta tiro de pistola de su campamento. Solo Corte con tres ó cuatro de sus mas adictos pudieron sustraerse á la furia de los reali tas· los demas de su gavilla quedaron muertos en el campo e cepto do ofi– ciales i 16 hombres que rindieron sus armas. Algunas mulas caballo . la tienda del mismo caudillo, su equipage i aun algun dinero concurrie– ron á ilustrar aquella victoria. Esta orgullosa columna pasó en eguida el rio grande en direccion de Sapla, en donde supo la brillante carrera que habian recorrido la co– lumnas de Olañeta i Centeno i que la del primero iba caminando por Ormenta de regre o para el cuartel general· pero informado al mi mo tiempo de que los enemigos hahian contramarchado desde San P dro pa· ra caer sobre ella, hizo un movimiento con el objeto de ausiliarla · i tro– pezó muí pronto con los rebeldes á lo que ahuyentó con la olas guerrillas quedando por este medio despejado el camino. La entrada d Olañeta n el cuartel general, cargado de triunfo i trofeo l feliz r ultado de la olumna ausiliar mandada por el r ferido ald ' in urg n t de su preponderancia, i los obligó á retirar á alta distant 18 l º1la . Empero acibaró el pla er de lo r ali tas por la n ibl p 'rdida d l forzado teniente coron 1 don Antonio oane qui n al regr o d pe- dicion de Oran con la columna d nt no d la qu ra g f d tado mayor, había sido cercado por lo n migo i cogido prision ro d pu d haber hecho la mas des sp rada d f nsa on solo 7 húsar d F rnando

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