Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 121 principales de la tranquilidad pública. Empero no podia durar mucho tiempo esta forzada calma; convenia al ejército porteño tener sublevados aquellos paises á toda costa; el coronel La Madrid, de gran nombradía en los anales revolucionarios, fue encargado de encender de nue o la tea de la discordia. Con una respetable columna de 600 facciosos i 2 cañone e presentó al frente de la villa de Tarija, guarnecida á aquella sazon por 250 realistas á las órdenes del teniente coronel don Mateo Ramirez· i aunque esta fuerza parecia suficiente para hacer una brillante resistencia, .fue sin embargo hecha prisionera por capitulacion. No es fácil esplicar las causas que mediaron para tomar este inesperado partido; pero egura– mente presidió á los consejos de aquel gefe, bien acreditado por u biza– rría i decision antes i despues de aquella desgracia, una inespicable fa– talidad poco favorable á la opinion de las tropas que mandaba. Engreido La Madrid con este triunfo importante, puso en la mayor alarma al brigadier Oreilli situado en Cinti, al coronel J áuregui que man– daba en Cotagaita, al gobernador de Potosí, i al de Chuquisaca don Pas– cual Vivero. Todos ellos temian que aquella vandálica irrupcion se diri– giese contra los puntos que estaban confiados á sus mandos respecti os · pero La Madrid se resolvió á atacar al último de que se ha hecho men– cion, como lo verificó el dia 20 de mayo sacando por premio de su arrojo un terrible descalabro, el cual unido á otro no menos considerable que sufrió en la noche siguiente en que trató de sorprender al coronel La Hera cortó el vuelo á sus esperanzas. Su principal objeto habia sido caer primeramente sobre Poto í, con– fiando en que sería mas rápida la carrera de sus triunfos i con egui~ apoderarse de esta villa importante; mas la energía que d plegó en ta ocasion el brigadier Ricafort formando una columna de 200 !ITanadero . entre ellos algunos convalecientes é inválidos de lo que tu o que cha.r mano á falta de otras tropas, i aparentando una actitud imponente que estaba en contradiccion con el verdadero estado de su fu rza alejó al ne– migo, i salvó de su furor la casa de moneda i d mas riquezas qu eran el prin ipal cebo de aquel movimiento. Puesto ya en d rrota el citado La Madrid fue p r guido por la division del brigadier Or illi compu sta de 1100 hombr i al anzado n 14 de junio en el punto de Supachui por la anguardia qu man– daba 1 itado o onel La Hera. Aunque la fu rza d lo reali ta omponia apenas d 300 hombre i la d lo n migo a ndia á 900 fu e te in mbargo derrotado completam nt con pérdida d 300 u rto 100 prisionero , 3 añon s todo el parqu de artill ría 500 fu ile por– cion considerable de sahl s, todas sus municion ha aj i pap l , 500 cabalgaduras, i otros muchos trof o hasta 1 tandart d lo h ' ar d 1 Tucumán. Esta brillante jornada qu r ibió nu o r al on 1 r - at de los prision o de Tarija i d 1 uadr n d aguna aum nt' el

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