Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
PERU: 1819 Varios choques parciales travados con honor por las tropas realistas. Persecucion de los insurgentes hasta los mas ocultos asilos. Retirada del ge– neral La Serna á Oruro. Buen aspecto de los negocios en el Alto Perú. Alarmas en el Bajo por la espedicion marítima de Lord Cochrane. Pre– parativos del virei para recibirla. Ataque de dicho aventurero al, puerto del Callao. Nuevos ataques con brulotes. Desembarco en Huacho, Paita, Supe , i Guambacho. Ensayo de los cohetes á la Congreve. Ridículas amenaza de Lord Cochrane. Llegada de la fragata. Prueba á la mar del Sur. De– sembarco de los insurgentes en Pisco i Santa. Salida de dicho almirante para Guayaquil. Bizarro comportamiento de los defensores del espresado puerto del Callao. Seguian las tropas del Alto Perú en las mismas posiciones, dedicadas esclusivamente á mantener la tranquilidad de aquellas provincias. La ín– tima union que babia entre los comandantes militares i el esmero con que se prestaban todas las autoridades civiles á segundar tan noble ob– jeto produjeron el feliz resultado de que fuera acatada la autoridad del Soberano en todo aquel inmenso territorio con mui pocas escepciones. Si las gavillas de facciosos, á pesar de sus repetidas derrotas, asomaron la cabeza en algunos puntos, fue para recibir nuevos golpes, i contribuir al mayor lustre de las armas españolas. Entre los gefes que tuvieron ocasion de distinguirse en esta clase de choques parciales sobresalieron los brigadieres Canterac i Olañeta en su feliz espedicion dirigida á Jujuí; en particular el último, quien ha– biéndose separado del primero á su regreso, logró sorprender al favor de su astucia i conocimiento del terreno á los insurgentes que se hahian si– tuado en Guacalera, apoderándose del sargento mayor Mariano Jimenez de 4 gauchos, 26 fusiles i 30 acémilas. Dirigiéndose en la misma noche del 3 de abril al pueblo de Tilcara, verificó igual sorpresa cogiendo pri– sionero al comandante Manuel Alvarez, un teniente dos sargentos 30 soldados, 36 fusiles i 70 mulas, quedando asimismo cubierto el campo de cadáveres en ambas refriegas. Ilustrado este triunfo con la toma de 6.000 ovejas, 100 vacas i 200 llamas, regresó Olañeta al cuartel general á re– cibir cordiales parabienes por su bizarría i ardides guerreros. Acia el mismo tiempo babia destruido el coronel don Manuel Pon– ferrada en cuatro distintos ataques las gavillas insurgentes de los herma·
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