Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 139 densa niebla lograron acercarse á tiro de pisto]a de la escuadra ; pero reci– bidas sus descargas con firmeza por la O'Higgins, i aprovechándose e ta de una brisa fresca despues de una hora de empeñado fuego se hizo á la vela privando por este medio á los españoles de las ventajas que se habian pro· metido con su bizarria i esfuerzo. Careciendo la referida escuadra insurjente de provisiones i de agua se dirigió á Huacho dejando á la Chacabuco de crucero sobre la entrada del puerto. A los primeros avisos que r ecibió Pezuela del desembarco que habian hecho los rebeldes en dicho punto de Huacho i de Supe a i como de haberse apoderado de la villa de Huaura, Pativilca i Barranca mandó ~ alir contra ellos al coronel don Rafael Ceballos, entonces comandante del regimiento de Cantabria, que ya se babia distinguido en la tarde del 28 de febrero animando á los valientes artilleros encargados de la defensa del Callao. Emprendiendo su marcha el referido Ceballos en la mañana del 3 de abril con 700 hombres de ambas armas, i superando rápidamente toda clase de obstáculos que dejaron bien acreditada su firmeza i decision en particular el dificil paso del rio Pacasmayo, obligó á los in urjentes á reembarcarse precipitadamente en los dos citados puntos de Huacho i Sup sin que hubieran podido hacer toda la aguada que nece itaba u e cuadra. Se debió tan feliz resultado á las acertadas disposiciones del pre ado C - ballos i al tino con que fue ejecutado el movimiento de la caballería, man– dada por su segundo el comandante don Andrés García Camba. Como los enemigos evitaron el combate, no tuvieron ma pérdida que la de 2 O desertores que en gran parte eran de los prisionero del Maipu; i siendo preciso hacer un terrible e carmiento en lo habitant ~ de aquella costa que habian acreditado con escandalosa prueba u ar– diente adhesion á la causa de la independencia fueron pa ado por las armas cinco de los mas culpables, dando a i una terrible leccion de la Cacilidad i prontitud con que serian castigados cuanto trata en de epa– rar e de la senda del honor i de la 1 altad ( 1). Restablecido el órden en aquellos puntos qu dó en Huaura para guar– necerlos el teniente coronel don Mariano Cucalón con alguna tropa . rei'!T - ando Ceballos á Lima con la re tante. Acia este mismo tiempo recibió el irei los planes que babia con bido 1 g neral n gefe del Alto Perú d dirijirse con 9.000 hombres obr Bu no - ir i á lo meno con 6.500 obr 1 Tucuman, prometiéndose la mayores ventaja del estado d a "tacion i desórden en qu se hallaban aquellos paise . 0) Brilló en e ta oca ión de un modo mui r comendable Ja b neficencia i hu– manidad del citado eballo . os cond nado á muerte eran 10, i todos ellos con– victos de igual grado de culpa: para con iliar l de agravio de 1 vindicta pública con su nobles ntimi nto , p rdon la vida á lo in o que tuvieran la uerte d(' acar de Ja urna fun ta la cédula de gracia.
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