Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
154 MARIANO TORRENTE Trabajando con infatigable celo por desempeñar con honor su altas f unciones > continuó tomando sin interrupcion las mas eficaces providencias para que su honrosa carrera no quedara deslucida. Fue una de elJas la de situar en Oruro una division compuesta de dos batallones i un escua– dron con el título de central, como lo hahia estado antes de la bajada del ejército á Salta, á las órdenes del coronel V aldés; pero esta division se deshizo mui pronto con la salida de un batallon i un escuadron para Lima por ]a via del Cuzco, con la llamada de V aldés á la capital, i con la marcha posterior de otro bataUon i del escuadron mas inmediato en ausilio del virei por la via de Arica, que fue1·on los cuerpos conducidos por la.. fragatas á Cerro azul. Como el reino de Quito era el antemural para contener á las tropa de Colombia, oyó el general Pezuela con vivo interes las reclamacione que le hizo á este tiempo su presidente interino el general Aimerich sobre la necesidad de que le fuera enviado un gefe militar para relevar al coronel Calzada, á quien acusaba de falta de union con sus oficiales i de dureza para con los pueblos. El comandante general de la costa del Norte don Vicente Gonzalez fue designado para este reemplazo; i abundando Pezuela en las ideas de conservar dicho punto de Quito á toda costa, determinó que pasaran á él igualmente el coronel V aldés i el teniente coronel Seoane, enviando contemporáneamente al coronel Loriga de segundo cabo á Gua yaquil; cuyo proyecto no llego á efectuarse en ninguno de los tres últimos porque la escuadra insurjente i las tropas que á poco tiempo desembar– caron en Huacho cortaron todas las comunicaciones con la citada plaza i ostruyeron completamente el paso para aquel reino. Se dispuso asimismo que se completase la formacion del batallon i escuadran de provinciales de Piura, que se hallaba suspensa, i que el ejército del alto Perú se situase por escalones desde Tupiza á Moquehua i el cuartel general en La Paz ó Puno, en cuyo último punto se fijó por último como el mas central. Surcaba en el entretanto las aguas del Pací– fico la espedicion insurjente preparada en Valparaiso i formada de do divisiones, que lo eran de los Andes i de Chile; componiéndose la primera de tres batallones de infantería, dos escuadrones de caballería i do compañías de artillería; i la segunda de igual número de batallones i de una compañía de artillería; i ascendiendo en su totalidad á 4500 hombre i 12 cañones. Al llegar á la punta de Caballo, que era el tercer punto de reunion de la citada escuadra, se hallaba casi consumida la aguada que había sacado de Valparaiso, i se dirigió po:r lo tanto á la bahía de Paracas, situada á los 13 grados de lat. Sur. Era el dia 7 de setiembre cuando dió fondo este gran convoi despue de haber recorrido en diez i seis dias las 1500 millas que separan este puerto del de V al paraíso. El coronel Las Heras, que era el gefe de Estado mayor i segundo comandante de las tropas rebeldes desembarcó al día
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