Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
156 MARIANO TORRENTE En este mismo dia salió de Pisco el coronel Arenales con una divi- ion de 1200 hombres i 2 piezas de artillería con el objeto de internarse por las provincias, i de atizar el fuego de la sedicion. Fueron sus primeros pasos sobre lea, cuyo punto estaba guarnecido á aquella sazon por el coro– nel realista Quimper i por el conde de Montemar con 800 hombres, parte de tropas regladas i parte de milicias; pero reconociéndose estos gefes rea– listas demasiado débiles para oponer una arreglada resistencia al atrevido Arenales, se retiraron con el mismo órden con que habían abandonado la villa de Pisco, que había sido confiada á su cuidado. Aunque evitaron jui– ciosamente el combate, sufrieron sin embargo la pérdida de dos compañías <le milicias que se pasaron con todos sus oficiales á los rebeldes. Aprovechándose estos del desaliento en que suponian se hallaba aque– lla columna destacaron en su persecucion al teniente coronel Rojas con 80 infantes é igual número de caballos: habiendo llegado el dia 15 á Chagüillas, distante cuatro leguas al N. de Nasca, tuvieron noticia de que en este último punto habian hecho alto los realistas, i concibieron desde luego el proyecto de sorprenderlos: adelantándose la caballería á las órdenes de los capitanes La Valle i Bransden i del teniente Suarez, entraron á la .ca– rrera en la referida ciudad, acuchillaron furiosamente á las desprevenida tropas de Quimper, hicieron prisioneros 6 oficiales, 80 soldados i un gran número de milicianos, i se apoderaron de 300 fusiles i de porcion consi– derable de espadas i lanzas. No pararon aqui las pérdidas de esta desgraciada division, pues que jnformados los insurgentes por los mismos habitantes de Nasca, de que se hallaban todavia en Acari, distante 30 leguas al S., 100 mulas cargadas de pertrechos militares, que habia sacado de lea, se encargó de esta im– portante espedicion el citado teniente Suarez, i la llevó á cabo con tanta felicidad, que á las dos de la tarde del día siguiente era ya dueño de aquel convoi. Abrió á este tiempo nuevas negociaciones el caudillo enemigo cou el virei Pezuela, pidiéndole cange de prisioneros; pero como al mismo tiempo hubiera recibido éste la proclama que aquel babia dírijido á 106 habitantes de lea, Pisco i Chincha, por la que les anunciaba que babia venido á terminar de un golpe la guerra, contestó con serenidad i firmeza, "que supuesto era tan corto el plazo de la contienda se trataría de dicho cange despues que se hubiera decidido. Se resintió San Martín por una resolucion tan irónica i despreciativa, pero aun mas cuando le significó el citado virei que todo pliego que le fuera remitido con el fantástico é iTrisible dictado de Libertador del Perú le seria devuelto sin abrirlo." Habiendo dejado los insurjentes en el ya citado punto de lea una columna de 300 infantes i 400 caballos ~ mandada por el teniente coronel Bermudez i por el mayor Aldao para conservar la posesion de aquella pro-
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