Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
164 MARIANO TORRENTE día, retrocedió con presteza al dicho punto de Chancai, porque no halló otro de suficiente estension para formar su tropa. Obtenido su intento de no ser arrollado por el mismo escuadron batido, atacó con firmeza al or– gulloso enemigo, i lo hizo retroceder precipitadamente, habiéndolo perse– guido por el espacio de tres horas, hasta que el cansancio de su tropa le hizo ver la necesidad de replegarse. Habiendo vuelto á salir el coronel Valdés con una division de tres batallones i dos escuadrones sobre el mismo Chancai, tuvo noticia de que el coronel insurjente Alvarado habia sido enviado desde Huacho para po– nerse en comunicacion con Arenales, i concibió al instante la idea de hacer un atrevido movimiento sobre Sayan, situándose entre este último caudillo i el resto del ejército rebelde; pero como á este tiempo hubiera recibido órden de retroceder á su primera posicion, en la que tuvo otras posteriores para quedarse con el solo hatallon de Numancia, un escuadron de drago– nes del Perú i dos piezas de montaña, le fue preciso deshacer la operacion principiada. Los buenos efectos que ésta produjo desde el momento en que los rebeldes tuvieron conocimiento de ella probaron el acierto del gefe que la hahia proyectado. Alvarado tuvo órden de retirarse, i fa tuvieron asimismo de embarcarse al momento los enfermos i almacenes del ejército, mientras que eran alejados por tierra los ganados, caballos sobrantes í cuanto pu– diera emharazarles en sus marchas, pero informados de la variacion de los planes de los realistas volvieron de nuevo á su primer estado de sosiego i seguridad. Hallándose en esta posicion se le presentó en 25 de noviembre de descubierta el teniente don Pascual Pring:.ieles con 25 granaderos mon– tados de los Andes í un guia. Deseoso Valdés de enviar á Lima muestras inequívocas de sus esfuerzos guerreros, trató de apoderarse de dicha par– tida, i lo logró tan felizmente al favor de su astucia i buena direccion que ni uno solo escapó de aquellos individuos á pesar de haber hecho una desesperada defensa. Todos, menos dos que quedaron tendidos en el campo fueron remitidos á la capital, inclusive 12 heridos, con la idea de sostener en parte el abatido espíritu. Habiendo entablado ya á este tiempo los insurjentes una criminal correspondencia con algunos oficiales de Numancia, i habiendo solicitado éstos la aproximacion de alguna fuerza para proteger su desercion, trató el mismo Alvarado de ir faldeando la sierra con toda la caballería, con 400 infantes i dos piezas de artillería para caer de repente por la espalda sobre las tropas de Valdés. Avisado este gefe oportunamente de aquel mo~ vimiento pasó á tomar posicion á la desembocadura de la quebrada por donde venia el referido Alvarado; aquella actitud imponente bastó para que éste se retirase despues de haberse cruzado algunos tiros de fusil i cañon de ambas partes; pero reconociéndose el coronel Valdés mui inferior en caballería, i juzgando que los insurjentes hahian de volver á la carga
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx