Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
166 MARIANO TORRENTE enemigos individuos de todas clases, i de la defeccion de soldados i aun de oficiales i gefes. El lastimoso cuadro que ofrecia el Perú á fines de 1820 se completó con la derrota del brigadier Ü·Reilli en el cerro de Paseo por el caudillo Arenales. Rabia éste emprendido su movimiento desde Pisco en el día 6 de octubre con el objeto de cortar la comunicacion con el ejército del Alto Perú, i de estender el fuego de la insurreccion por las provincias de la e palda de Lima. La caprichosa fortuna se había empeñado en guiar sus pasos: despues de haber permanecido en lea hasta el 21 del mismo mes entró en Huamanga en 31, se apoderó de Huanta en 6 de noviembre, de Jauja en 21, i de Tarma en 23, batiendo en todas direcciones las fuerzas que se le opusieron á su paso, especialmente las que babia podido reunir el intendente de Tarma con la agregacion de la compañía llamada de Cárdenas, que babia salido de Lima con este objeto, i apoderándose de 200 caballos que el celoso subdelegado de Jauja había reunido para la division de 0-Reilli. Despues de estos rápidos triunfos se hahia dirigido Arenales al cerro de Paseo, pa:ra verificar por aquel punto su incorpora– cjon con las tropas de San Martín desembarcadas en Huacho. Previendo el virei este mismo movimiento alterando sus prime1·as disposiciones envió en aquella direccion al citado brigadier O'Reilli con un batallon, un escuadron i una compañía de artillería, á cuya fuerza se debían reunir las partidas sueltas de Jauja, Tarma, Huancavelica i las !:·Ítuadas en el puente de Iscuchaca hasta completar 1500 ó 2000 hombres, en cuyo solo caso debia entrar en accion. Era el día 6 de diciembre cuando e encontraron ambas divisiones en el espresado cerro de Paseo pero m mas fuerza por parte de O'Reilli que la que había sacado de Lima i algunas partidas sueltas que se le habían reunido, puesto que las tropas de Tarma i del puente de Iscuchaca hahian ya sido batida i desordenadas. Los realistas sin embargo se desplegaron en batalla detras de un ba– rranco profundo apoyando su derecha á un terreno pantano o i su iz– quierda á un lago pequeño~ i aunque su número era cuatro veces menor que el de los contrarios, esperaban que lo favorable de la posicion . upli– ría aquella desventaja. Mas decididos los patriotas á deshacer á toda co ta aquel antemural que se ofrecía á su marcha, se dirijieron al ataque con Ja mayor firmeza i confianza: el batallon número 2, mandado por el t - niente coronel Aldunate, dió vuelta al citado lago, i se puso sobre el flanco en tanto que el número 11, á las órdenes del de igual grado Deza, atacaba de frente. La fortuna abandonó en esta ocasion á las tropa r alistas la qu á pesar de su bizarría hubieron de ceder á la violencia d 1 ataque qu - dando muertos en el campo 1 oficial i 53 soldados, heridos 90 hombres, i hechos prisioneros 28 de los primeros i 315 d lo egundo . Con urrió á ilustrar el triunfo de los patriotas la toma de dos pi zas de artill ría
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