Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
206 MAR,IAN.,O TORRENTE sucedió en ~sta ocasion en que no solo vieron los independientes ma– logrados , sus ignobles proyectos, sino que estuvieron sus principales gefes al borde del precipicio. Figurándose que la fortuna les sería mas propicia en el Morro . de Sama se dirijieron á este punto, en el que desembarcaro-n sin dificultad i se. prepararon á hacer sus acostumbradas correrías i depredaciones sin embargo de la gran debilidad d~ sus soldados, com9 un resultado de las calenturas interminentes que acababan de padecer. Despues de h~ber r e– corrido aquella montaña con indecible , trabajo, llegaron á . 'I'acna que se hallaba en un estado completo de desp.revencion. El .mayor Soler, que se babia ~ijido á Arica por la costa, alarmó la guarnicíon en términos de haber evacuado aquella ciudad apenas ·se .supo la proximacion .del gefe insurjente; pero componiéndose ésta en gran parte de milici.3nos i tropas débiles, halló Soler una plausij:>le ocasion de engrand~cer su mérito gue– rrero con la agregacion á sus filas de 4, oficiales i unos 50 soldados asi como .con la apropiacion de 120.000 duros que ?alló cerca de Locumha, de otros 4.000 que sacó de la aduana, i de 300.000 mas en crespones i .géneros de la India, vinos i aguardientes franceses, cerveza inglesa, i otras ricas. mercancías, que por el tirá.nico tribunal insurjente fueron declaradas de propiedad española para apoderarse d~ ellas si~ escrúpulo i hacer este nuevo obsequio d~ rapacidad í deva,stacion al gran almirnnte de las fuerzas chilenas. . Habiéndose unido á esta sazon á Miller el teniente coronel Landa ,_ que habia sido h asta entonces uno de los americanos mas decididos por la causa del R ei , pudo estender con acierto sus operaciones á beneficio del conocimiento práctico que tenia dicho Landa de , aquellos paises. Ansioso el general Ramirez por arrojar de la costa á estos revolucionario dió las órdenes mas premurosas para que el coronel Lahera saliese de Arequipa con todas las fuerzas disponibles, ofreciéndole que se le reunirian en el camino al gunos r efuerzos de Oruro, segun le . hahia prevenido al coronel del centro don Baldomero Espartero. Aunque Lahera e casamente pudo r eunir unos 350 hombres tan atrasados en instruccion i dlsciplina como en la práctica de la guerra, no titubeó un momento e.n dar ejecu– cion á las órdenes uperiores; pero como no tuviese la mayor confianza en estas tropas colecticias, i si en las de Oruro, con cuyo comandante le unian los vínculos mas estrechos de ami tad, le escribió en particular pi– diéndole lo mas escogido de su cuerpo ya que estaba autorizado pa1·a ello por el general en gefe, porque de otro modo temia que el aventurero Miller se burlase de sus esfuerzos. Salió al momento de Oruro una columna de 150 valientes granad - ros i de 50 cazadores, capaz por sí sola de fij ar la victoria aunque hubiera d - bido combatir con dupla fuerza: su comandante se b abia adelantado á Minib
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