Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOL ClON DE LA INDEP.2.NDENClA DEL PERU 207 en donde se habia situado Lahera, á , anunciarle la proximidad de aquel t'efuerzo, prefijándole la hora indudable de su llegada. Ya á esta sazon se iban aproximando los enemigos con fuerzas mui superiore · pero como la posicion de los realistas era bastante favorable para so tener el fuego hasta la incorporacion del citado refuerzo, no rehu ó Lahera el combate, seguro de que las tropas de Oruro habian de completar el triunfo. Se travó el choque con el mayor empeño· llegó la hora designada poi· el comandante i no se descubrian las tropa de refueno: conociendo Miller la debilidad de los defensores, forzó al ataque í se arrojó con el mayor denuedo sobre ellos los que si bien hicieron prodigios de valor ncreditados con la muerte de 96 individuos i 156 heridos no pudieron disputar largo tiempo la victoria i los corto rnstos de aquella fuerza que fueron mui pocos infantes i 80 caballos e salvaron con la fuga. El tan deseado refuerzo que había retardado su llegada por haber equi ocado el camino aquella noche, pareció á la vi ta del campo de batalla en el últi– mo periodo de su derrota; i aunque aquellos valientes ansiaban por alvar el lustre de las armas españolas como conocían sus oficiales lo arriesgado que podia er la pro ocacion de un enemigo ensoberbecido con la supe– rioridad numérica de sus armas i con la victoria recientemente obtenida , resol ieron su repliegue á su cuerpos respectivos. Irritado el pundoro o Lahera por el inesperado malogro de u no planes que habian ido combinado con todo el cálculo de un buen militar, corrió rápidamente por Moquehua ácia Puno á reunir una columna respe– table para arrancar con ella de la manos del orgullo o enemigo los triunfo qu,e el azar i la fatalidad le habían proporcionado. Aunque el gobernador de Moquehua Portocarrero e pa ó á esta sazon á los disidentes nada arre– dró al of ndido Lahera para volver como un rayo por el honor de u arma . a se había a anzado con unos 600 hombres á cuatro legua de Tacna donde se hallaba Miller cuya ruina había ido irre ocablemente decretada por la deci ion d I gefe reali ta i por el esfuerzo de u bizarra di i ion , cuando hubo de regre ar á Santiago de Machaca por haberle sido comunicada la noticia del armisticio de Punchauca en el momento ma rítico n el que iba á alcanzar una egura vict01·ia. La tropas de Miller a cendian en este momento á 900 homhr , no in Iu. endo en este número varias partidaci de guerrilleros por medio de las cuales tenia abierta la comunicacion con el fa.mo o Lanza del lto Perú. Su puestos avanzados llegaban á 14 leguas de Arequipa 12 d an tiago de Machaca i á pooas millas de !quique. Habiendo anunciad el coronel Lahera oficialmente en 15 de julio la renovacion de la ho ti– lidades temió Miller no poder r i tir á este formidable enemigo i r - olvió por lo tanto su retirada. Reunidos los destacamentos que tenía en diverso punto n iando á Arica us nfermos i pertrechos i dando orden para que tomas n aqu l

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