Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

228 MARIANO TORRENTE luz de la luna un claro bastante espacioso en que podía maniobrar su caballería manteniendo oculta su infantería, sacó todo el partido posible del terreno colocando una parte de ésta detras de unos zarzales mui altos i otra en un médano de arena, en el que debia permanecer emboscada· colocó su caballería en los flancos i en los puntos mas ventajosos para envolver al enemigo en una completa ruina. A la una i cuarto de la noche desembocan por el camino en la lla– nura tres compañías que formaban la vanguardia de los rebeldes, i hacen alto al divisar las tropas realistas; sale de su emboscada una parte del Imperial; fórmanse los dragones españoles en batalla, rompe el fuego dicha vanguardia insurjente; pero es arrollada al ~omento por los dragones· acude en ausilio de los enemigos el regimiento número 2 de Chile; i aunque lo estrecho del terreno por aquella parte no daba la libertad ne– cesaria para que se desenvolviesen nuestros caballos, el comandante de ellos, sin embargo, don Ramon Gomez de Bedoya se arroja contra aquel regimiento con la mayor bizarría; sus valientes soldados siguen el noble ejemplo de su gefe, i arrollando completamente las filas contrarias siem– bran por todas partes el terror i la muerte. Concurren los demas cuerpos á tomar una parte activa en tan gloriosa accion; despues de las dos pri– meras cargas citadas intenta de nuevo i por distintas veces rehacerse el enemigo; mas atacado el flanco por los cazadores del Imperial, mandados por el teniente coronel don Juan James, i por algunas compañías de Cantabria, i cargado siempre de frente por los irresistibles dragones, quedó finalmente asegurada la victoria mas completa. Destruida dicha division de Tristán, de la que solo pudieron esca– par 125 hombres entre gefes, i oficiales, i soldados, inclusive el mismo general, se dió orden á las tres de la mañana á los granaderos de la guar– dia, mandados por don Valentin Ferraz, de marchar á Pisco, cuyo punto se creía con fundado motivo había de ser el paso para los dispersos; mas antes de llevarla á efecto se dispuso que salieran en su vez los dragones del Perú á las órdenes de don Dionisio Marcilla para Villacurí i se aden· lantaran á dicho punto de Pisco si el gefe de aquella columna lo consi– deraba necesario. La pronta retirada de dicha caballería por no haber hallado foi-rage ni agua en Vallacurí, fue causa de que no se completa e el triunfo de aquella jornada con la aprehension de los principales gefes disidentes, que parece hubiera podido verificarse con facilidad. Si bien la caballería dejó de aprovecharse de esta feliz ocasion, quedaron com– pensados sus esfuerzos encontrándose casualmente al amanecer del dia 8 con los lanceros del Perú que habian venido de Chincha á reforzar la espedicion del referido Tristán, cargándolos con el mayor denuedo i de– rrotándolos tan completamente que sin haber sufrido la menor desgracia quedaron tendidos en el campo l O de aquellos i en poder de los realista 90 prisioneros.

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