Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 233 Mientras que los fanáticos miembros de la orden del Sol celebraban en un gran baile su primera reunion; cuando hombres i mugeres est::i– ban entregados á los mas acalorados trasportes de placer i alegria fueron en- iados destacamentos de tropa á las casas de los españoles para arrancar– lo del seno de sus familias i trasladarlos violentamente al Callao ( 1). Re petables eclesiásticos, viejos octogenarios, beneméritos padres de fami– lias, sugetos ricos i acostumbrados á todas las comodidades de la ida ofi– ciale civiles i militares, aun aquellos mismos que por flogedad ó por su icios habían desertado de las bandera realistas, todos sin la me– nor distincion de edad ni rango hubieron de andar á pie las ei milla · que hai desde Lima al Callao á la media noche algunos á medio ve tir i otros sin ninguna clase de ausilios para ser embarcados á bordo de la fra– gata Milagro. Dos ancianos desgraciados fueron ya en la primera noch(' víctimas de la crueldad de sus verdugos; todos hahrian perecido de hambre sino hubieran implorado la venal piedad de los gobernantes con co toso acrificios pecuniarios. Fueron por lo tanto agraciados los que pudieron aprontar á lo meno 1.000 pesos para conseguir su pasaporte: el precio de e ta licencia era arreglado segun los medios de fortuna que se atrihuian á cada individuo: alguno de estos desgraciados hubo de de embol ar hasta 10.000. Lo que no pudieron reunir la necesaria urna para comprar u libertad que fueron los mas, sufrieron la pena de ser deportados á Chile. 1 como nunca se hubiera tenido noticia de la llegada de e tos ugeto á aquel reino, ni á ningun otro punto, i como por otra parte hubiera ha– llado en el territorio de Huarochirí á la distancia de 10 á 12 legua de la costa el entonces coronel don José Ramon Rodil los insepulto i de figu– rado cadáver s de un gran número de individuos, se creyó que hubieran ido internados á aquel matadero· i aunque muchos tienen e te h cho por inverosímil ninguno hai á lo menos que sepa dar razon d 1 de tino r · ad ro de aqu llo infelice . Par cia que la su rte de lo treinta i tantos que aprontaron la u– rna d r ate deb ria hab r ido meno desgraciada· pero fu toda ia ma cruel. Tra ladado á bordo de un buqu inglés que se hallaba urto n allao alieron para el Rio J aneiro con prohibicion ah oluta d a r ar á la del P rú. Al pasar por la linea de Quilca s entu ia mar n deportado al considerar qu alli tahan lo def n or del Soberano pañol· i precipitados por su l ale s ntimi n– tos, i por lo d o de morir todo por aqu lla noble au a ant s que vivir in rt m nte n pais s estraños e sublevaron contra el apitan d l bu– qu i 1 obligaron á virar ácia el citado punto. (1) atentado ha ido perpetrada varias eces por lo~ r publicanos de Colombia i de otro puntos.

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