Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
234 MARIANO TORRENTE Cruzando á esta sazon por aquellas aguas otro buque de la misma nacion, no tuvieron los sublevados la prevision de impedir que ambos ca– pitanes se comunicasen en su idioma, cuyos resultados fueron tan funes– tos, que poniéndose en facha el buque ausiliador, amenazó con su batería echar á pique á dichos alzados si con una pronta obediencia no borraban la mancha de sus violentos procederes. Cediendo aquellos desgraciados á la furia de este inesperado enemigo, fueron colocados en dos malas lanchas i abandonados á la discrecion de las olas, sin mas víveres que dos sacos de galletas i dos barriles de agua; pero que el capitan inglés creyó bas– tarían hasta llegar á tierra, sin haber calculado que careciendo aquellos miserables de instrumentos náuticos i de conocimientos astronómicos habian de ser, como lo fueron, el juguete de las olas. Horroriza la relacion de los terribles padecimientos de estas víctimas del rencor personal: consumidos sus cortos víveres, i luchando contra todos los elementos sin esperanza de salvarse recurrieron á los mas asquerosos medios para sostener sus débiles fuerzas i apagar su insufrible sed: agotados ya todos los recursos que su– giere la estrema necesidad, empezaron á alimentarse de la carne de los que iban sucumbiendo al rigor de tantas desdichas. Cuando las dos lan– chas, mas bien empujadas por las olas que por sus inhábiles esfuerzos, se ha– llaron cerca de la playa, solo tres individuos sobrevivian á tan terribles males; uno de ellos murió en el acto de desembarcar, i los otros dos se hallaron exánimes en manos de los insurjentes. Hasta el corazon de los mas furiosos enemigos se enterneció con tan lamentable escena; los afectuosos cuidados que les fueron prodigados lo "\olvieron á la vida; uno de ellos, llamado Heros, fue admitido por Ri a Agüero á su servicio; pero se pasó al de los realistas cuando por aquel caudillo fue enviado desde Trujillo en 1823 para entrar en negociaciones con los realistas; de cuya boca se han recogido estos apuntes demasiado interesantes para dejar de ocupar un lugar de preferencia en la pre ente 11istoria. Nos abstenemos de hacer reflexiones sobre ello , pues sin nece– sidad de ser glosados no podran menos de interesar vivamente la sen– sibilidad aun de los corazones que menos se prestan á ella. Teniendo San Martín avisos de que Bolívar estaba para llegar á Guayaquil se embarcó de nuevo en el Callao para conferenciar con aquel revolucionario, segun la opinion de algunos, sobre el modo de fundar para ambos dos monarquías en la América del Sur, cuya forma sostenía ser la mas propia para consolidar los respectivos gobiernos independiente en Colombia i en el Perú; pero fuese que Bolívar aspirase al mando general, ó que creyese no era tiempo todavia de descubrir sus planes de régia am– hicion, aquella entrevista , tenida en 26 de julio, agrió los ánimos de lo dos campeones, i produjo la retirada de San Martin á las cuarenta i ocho horas de haber llegado al referido puerto de Guayaquil.
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