Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
242 MARIANO TORRENTE á la vanguardia, empleando toda la tarde en andar de retirada las dos leguas que mediaban entre el punto donde empezó la accion, i el de rachía en que camparon las tropas del Rei envanecidas con haber dado esta nueva prueba de su serenidad i firmeza. Se distinguió particularmente en esta jornada el capitan Blanco sosteniendo los ataques de los rebeldes, á la cabeza de 35 cazadores mon– tados, atravesando con su misma espada á un oficial enemigo, i apeándose para recoger el sable i sombrero de su competidor enmedio del horrible fuego de artillería i fusilería: fue por esta accion tan bizarra obsequiado por su general con ceñirle en presencia de toda division otro hermoso sable tomado al caudillo I ...a Madrid, i que dicho gefe conservaba para pr~ miar el primer rasgo de estraordinario valor. Sensible es por cierto que un oficial tan recomendable huhíern sido sacrificado sucesivamente al fu– ror de los mismos independientes, á cuyas filas se había pasado descon– fiando tal vez de los esfuerzos de los realistas para sostener su causa. Continuando el general Valdés el plan combinado de operaciones para desempeñar con lustre aquella campaña, dirigió el 13 de enero sobre Locumha al coronel Ameller del regimiento de Gerona con tres compa– ñías de su cuerpo i 120 caballos con la idea de reconocer al enemigo i atraerlo sobre Moquehua, que era el punto por donde debian venir las tropas que al mando del general Canterac habían salido de Puno forzando sus marchas á pesar de las nieves que cuhrian los Andes. Informado dicho Ameller de que un cuerpo de 600 hombres pernoctaba sobre Locumba, :formó el atrevido proyecto de atacarlo por retaguardia, colocándose entre el mismo i el grueso del ejército contrario; pero sabedor Alvarado de este movimiento i de las pocas fuerzas del gefe realista, empleó todas las suyas pa· ra cortarle las avenidas del valle de Locumha, que era el único punto por don– de podia retirarse. Viendo Ameller en la mañana del 14 todo el ejército en movimiento, trató de remontar dicho valle, superando los graves oh táculos que le opusieron las emboscadas, i forzando con el mayor denuedo la mi - ma vanguardia de los independientes: fueron estos en su seguimiento por el espacio de cinco horas; pero quedaron completamente burlados sus es– fuerzos, i aquellos valientes verificaron su retirada con el mayor orden. El movimiento de Ameller fue tan glo1·ioso por la mae tria con que lo ejecutó como por haber producido la direccion de todas las fuerzas rebeldes sobre Moquehua, que era el objeto principal de aquel arrojado. golpe. El día 16 camparon los enemigos en la Rinconada, i Valdés al E. de Moquehua, aparentando el mayor interés en defender á palmos el te– rreno. Al dia siguiente se movieron aquellos sobre el citado punto de Mo– quehua, i uno de sus escuadrones atacó nuestra gran guardia que se re– plegó sin la menor pérdida; otro de sus batallones que tuvo el atrevi– miento de penetrar hasta la plaza de aquella villa fue desalojado por dos compañías de cazadores que fueron dirigidas contra él por el citado
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx