Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

24S MARIANO TORRENTE de Colombia el ausilio de gente que bahía sido estipulado de antemano~ habiendo salido con esta comision el general Portocarrero para Guayaquil en donde se hallaba entonces el presidente Bolivar. Para ganar tiempo el astuto Riva Agüero , entabló relaciones con e] virei Laserna que se hallaba en el Cuzco solicitando un armisticio i la abertura de negociaciones para dirimir aquellas contiendas; pero la ah· soluta negativa del general realista fue causa de que se dedicase su aten– cion al desarrollo de otro plan que era ciertamente el mejor que podía adoptarse en las apuradas circunstancias en que se hallaba aquella vaci– lante república. Fue este el de enviar una espedicion á la costa del Sur á fin de amenazar á la tranquilidad de aquellas provincias i evitar á la capital el golpe que le estaban preparando las valientes i orgullosas tro– pas del general Canterac. Hahian ya desembarcado en el Callao 3000 colombianos en iados por Bolívar aun antes que llegase Portocarrero con la misma olicitud, cuyo celo fue atribuido por entonces al interés que tomaba aquel re olu cio– n ario por la emancipacion del Perú; pero que luego despues se conoció no er Lan generosos sus sentimientos, i sí los de estender su influjo i predominio sobre este reino. A principios de mayo estaba ya pront a para dar la ela en direccion de A rica dicha espedicion compuesta de 5500 hombres la que zarpó del Callao en 2 3 del m ismo m es, compuesta en su totalidad de tropas peruan as, p orque l os gefes de las de Colombia se negaron á formar parte de ella, desdeñándose al parecer de operar á las órdenes d e otro g<- bierno, pero prometiendo al mismo tiempo emplear todo sus e fuer zo para asegurar el resultado de la camp aña. El activo Riva Agüero, que se había valido d e cuan to r esortes e ofrecen á un hombre osado i emprendedor , hahia entablado asimismo ne– gociaciones con la república de Chile, de la que esperaba un r efu erzo de 3000 hombres que deberia reunirse con la citada esp edicion. El coronel Urdininea había de penetrar contemporáneamente desde el T u cuman ha ta Oruro con igual fuerza; i el cuadrillero Lanza que se habia refor zado con – siderablemente en los altos de la ciudad de la Paz debia eoop rar al movimiento general. Dichas tropas de Colombia debian formar un cuerpo de 4000 hombres con los restos de Buenos-Aires i Chile que taban n el Callao, é imponer á los realistas por el centro. Se contaba finalmente con el aumento de 2500 hombres que componian la partidas d e guerrilla, dedicadas á hostilizar al ejército español. Todas estas fuerzas debian caer á la vez sobr los reali tas i en 1- verlos en una completa destruccion: ¡tan fantá ticos eran lo at1c1n10 d los republicanos, los que sino con-espondieron á las gi-and io as miras d 1 gefe que los babia proyectado, pusieron en claro á lo menos su estraordi– nar ia actividad, tanto mas admirable, cuanto que nadie cr eia realizable aquella emp1·esa! Es verdad que necesitó de pocos esfu erzos para intere ar

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