Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 249 en su causa á los demas estados de América, demasiado preparados á se– gundarla por hallarse convencidos de la necesidad de acabar de una vez con un enemigo tan peligroso que amagaba la ruina política de todos ellos mientras que tuviese las armas en la mano. El ejército real del Perú era el único que tremolase el pendon de Castilla en el continente de América, i era interés de todos los revolu– cionarios hacer cuantos sacrificios sugiere el mas furioso entusiasmo por constituir al Perú bajo el mismo pie en que se hallaban ellos. Varias naciones estrangeras por una equivocada po]ítica aumentaban lo recur– sos de los independientes con cuantiosos emprésitos de numerario i con facilitarles buques, armas, gefes, oficiales, pertrechos i cuanto pudieran necesitar para dar robustez á su ilegítimo empeño. La España ocupada en la restauracion de su Monarca á la pl nitud de us derechos, i en desterrar de su suelo la revolucion i la anarquía, ningun ausilio podia prestar á los valientes hijos que peleaban á cuatro mil leguas de distancia. El ejército real del Perú abandonado asimi mo, sin un solo buque de guerra , in poder i·eemplazar lo españole que morían ó se inutilizaban, careciendo de todo recurso, i de todo elemento guerrero menos de valor i con tancia, tenia contra sí todas la probabilidade de la victoria. Empero despreciando los esforzados españole toda con ideracion que no condugera al templo de la gloria, se preparaban á in adir la apital del Perú, con cuyo motivo habia pa ado el general Valdés á reforzar el ejército del Norte con los batallone de Gerona i Centro i con lo escua– drones de la Guardia Las voces que habian circulado d qu ufano lo peruanos con el ausilio de las tropas de Bolívar de eahan la aproxima ion de los realistas para decidir de una vez aquella contienda apr uraron la marcha de éstos, en quienes obraba todavia con mayor fuerza 1 d eo de desconc rtar para siempre la e p ranzas de los ilu o . Aunque o pe– chaban que pudiera salir alguna por que e perahan qu aun en tal a o 1 largo de la navega ión i la difi ultad d pro er e de aballo i hagage d spu s de haber d sembarcado 1 habia d dar ti mpo ufi i nt para dirigir d sde Lima á nqu 11 punto la tropa qu a- rias. A i pu s, ll g' á o upar la apital n 18 d real, ompu sto d 8 á 9.000 h mhr mandado por 1 gen ral V aldé · ste últim d g f d tado may · ba6do duranle su marcha a lida d Hua iqu n Chincha i Durasmayo. qu l s i d supi ron n apr n <l s1stl ·on de u bravata , i r tirar n á la laza d l s uan os f cto d algun uso ó val r pud.i ron tras rta para que no cay an n ano de u e trario . nt d ri i ar di ha

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