Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

P ERU: 1810 Disposiciones del virei Abascal i de los ge/es realistas Goyeneche, Paula Sanz, i Nieto, para rechazar á los insurgentes de Buenos-Aires. Es– pedicion de 600 provinciales ácia Tupiza, al mando de don lndalecio Gon– zalez. Caracter de Nieto, i' Paula Sanz. Insurreccion de Cochabamba. Sali– da de una columna mandada por el coronel don Fermin Pierola, que fue sorprendida i derrotada por los rebeldes de aquella ciudad en Aroma. Re– tirada del general Ramirez ácia el Desaguadero. De/eccion del coronel don Domingo Tristan. Aproximacion del general argentino Balcarce á las gargantas del Alto Perú. Retirada de don lndalecio Gonzalez desde la vüla de Tupiza á Santiago de Cotagaita. Desavenencias entre este i el mayor ge– neral don losé Córdova. Resigna aquel el mando de las armas. Ataque de Balcarce contra dicha posicion de Cotagaita, i su derrota por la acertada direccion de los fuegos de Gonzalez. Llegada del presidente ieto i del te– niente coronel Basagoitia á reforzar las tropas de Córdova. Desgraciada es– pedicion de este último, i su derrota en Suipacha. Dispersion de las tropas realistas. Arresto del mismo Córdova, Paula Sanz, i 1 ieto, i su sacrificio en la plaza mayor de Potosí. Reconcentracion de las tropas fieles ácia el Desaguadero para obrar bajo la direccion del general Goyeneche. Luego que el celoso virei de Lima, don José Fernando Ahascal, tuvo noticia del fuego revolucionario que soplaba en el vireinato de Buenos-Aires, i señalada.mente del horroroso asesinato cometido contra el general Llniers i sus compañeros, conoció la necesidad de desplegar todos los recursos del arte para hacer frente á unos enemigos, que se hahian hecho mas temibles desde que sus mismas tropelías i estorsiones los habian colocado en un pun– to de compromiso, del que a no era posible retroceder in aventurar todos los trances de una guerra terca i desesperada. Siempre olicito por sostener la autoridad del Reí en aquellos dominios envió planes instrucciones con– sejos, refuerzos, armamentos i cuantos ausilios estuvieron á su alcance ape– sar de hallarse entonces empeñada su atencion i di · didas sus fuen:as en ~ofocar la revolucion d Quito, cuya j cucion había sido confiada á don Joaquín Molina, nombrado presidente n r le o del ond Ruiz de Castilla. El presidente del Cuzco don Jo é Manuel de Go eneche que con su sutil penetra ion llegó a pr v r qu n el baluarte imp netrable de su pe– cho hahian de estrellarse todos los tiro de la re olucion se ocupó con in-

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