Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

254 MARIANO TORRENTE ambas fuerzas. Formando dos divisiones de fa infantería, una al mando de Carratalá i otra al de Villalobos, poniendo la caballería á las órdenes del coronel Ferraz, i dando á reconocer á Valdés por gefe del Estado mayor general, se diúgió á cruzar el citado rio del Desaguadero. Informado de que 40 leguas mas abajo sería fácil vadearlo, ó construir en él un puente, emprendió aquel movimiento que producia al mismo tiempo la ventaja de tomar en flanco hasta cerca de Sicasica todas las posiciones que podían ocupar los enemigos, de impedir la reunion de Gamarra con Santa Cruz, i de cortarles la comunicacion con Sucrc i con su Gobierno. Calacoto era el punto que se habia indicado, en el que halló todo el ejército el dia 2 de setiembre i quinto de su marcha de lo que puede colegirse la celeridad con que ésta se verificó. Era ya demasiado tarde para que se tratase en aquel dia de superar los obstáculos por la caudalosa corriente i por los 60 guerrilleros que se hallaban á la parte opuesta decididos á defender el paso; lo cruzó sin embargo la bizarra compañía de la guardia del virei poniendo en precipitada fuga á sus defensores: en aquella noche se fabricaron do balsas para pasar los enfermos muni– ciones i bagages. Al amanecer del dia 3 se puso todo el ejército en movimiento. Agarrados los infantes de las colas de los caballos, i conducidos otros so– Lre las balsas de que se ha hecho mencion, se hallaban todos á las do de la tarde á la otra parte sin mas desgracia que la de 5 caballos i algunas mulas: el paso difícil de este rio hará siempre honor á aquellos militare~, que no consultando sino los consejos de su valor, se arrojaron ciegamente á los peligros que se presentaban á su vista. Siguiendo su marcha sin in– terrupcion, llegaron al dia siguiente á la hacienda del Marqués en dond se presentó un parlamentario de Santa Cruz > con la idea de informar e de la situacion i número de aquellas tropas. No pudo éste disimular u sorpresa al verse recibido por un oficial de Gerona que formaba parte de la division que Valdés babia sacado de Lima, la que parecía impo ihl que en tan poco tiempo hubiera podido recorrer la 360 legua que me– diaban entre uno i otro punto. Desatendiendo por lo tanto el virei La Serna las comunicaciones de aquel caudillo, movió su ejército para las pampa de Viacha r cogiendo ya en este tránsito algunos disperso ; i continuando su marcha por Cala– marca ~ los Molinos, Sicasica i Panduro, supo el dia 9 en e te último punto Ja reunion de Gamarra con Santa Cruz; i creyó por lo tant que lo m– surjentes tratarían de sostener una batalla campal i decisiva. Empero los enemigos habían principiado á de al ntar e con la 11 ga– da de las tropas del general Valdés, i con las acertada maniobra 1 virei, i solo pensaban en retirarse á pe ar de lo brillante i numero o d u jército, que no bajaba de 7000 hombre á aquella azon. Al aman r

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