Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 261 hacer época en los anales americanos, se retiró el virei al Cuzco para vol– ver á sus antiguas tareas administrativas, i Valdés nombrado ya genera] en gefe del ejército del Sur quedó encargado de las operaciones de la guerra por esta parte. Habiendo salido el 1 <? de noviembre para Moquehua el batallon de Gerona, i al dia siguiente el mismo Valdés, recibió en aquel punto avisos positivos de la direccion de Sucre sobre Pisco, i de la de Santa Cruz con sus miserables restos al Norte. Si bien estos movimientos ofre– cian las mas seguras garantías á la pública tranquilidad, e presentaron nuevos motivos de alarma con el arribo á Arica de otra espedicion de 2500 hombres procedentes de Chile, que debia haber cooperado con la que habian salido del Callao. Habiéndose mandado pasar al citado punto de Moquehua á lo es– cuadrones de granaderos, salió Valdés para Tacna con los batallone de Gerona i cazadores para observar de cerca las maniobras de los chileno · pero al llegar á Sama el dia 12 supo que ya estos estaban reembarcado si bien no se hicieron á la vela hasta el 17 en direccion del orte. Se repitió sin embargo aquella alarma el dia 25 en que recibió nuevo partes de diferentes puntos, anunciando que dicha espedicion regresaba otrn vez á Arica, como lo verificaron algunos de los buques en el mi mo dia i sucesivamente los demas; mas se averiguó mui pronto que su ocupacion era la de hacer aguada, sin duda con la idea de regresar á u pai ya que había sido frustrado completamente el gran plan de la coalicion am - ricana, i cuando supieron la caida de Riva Agüero, por cuyo impul o e - elusivo se habia movido aquella fuerza. Temiendo sin embargo el general Valdés qu el obj to d 1 0 . e - pedicionarios fuese el de llamar las tropas reali tas al Sur para hacer u desembarco en Quilca si eran reforzados por alguna di i ion de Lima mandó pasar á Arequipa dos escuadrones que e hallaban en Puno á fin de paralizar sus progresos, n tanto qu p día lo au ilio qu podían necesitarse. Asi terminó sa famo a liga que con tanta razon babia tr m id el edificio monárquico, i conmovido la ntereza d lo qu p 1 aban por el mas digno de los soberanos. D lo 7000 p dicionario tan olo 130 llegaron á embarcarse incluyendo n este núm ro las partida d P rto– carrero; pero uno de los trasport s qu onducia 300 hú ar d la 1 gion peruana fue apresado por un corsario pañ 1 titulado 1 g n ral j enviado :í Chilo : cerca d 30 oficiales de dif r nt 1 av nturero Soulang , orrea, Hill i 1 marqu s d trasbordados al citado corsario con la ·d a d qu tuvi i·an ma a gu– radas sus personas; pero babi ndo te ido st buque la d gra ia d nau r - gar pereci ron dichos ofi ·al s i cuantos s hallaban á u b rd . i. pues, scasa ent regresó al allao la s 'plima parL de di ho j 'r ito. L
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