Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
262 MARIANO TORRENTE :J.000 de Sucre abandonaron asimismo con bajas mui considerables i pérdida de toda su caballería aquel pais que les babia sido fatal: los 2500 chile– nos hicieron un paseo tan inutil como costoso, arrojando al mar todos sus caballos; la numerosa columna de Lanza fue derrotada completamente; los refuerzos de Jujuí no pudieron dar un paso adelante; todo el Alto Perú i la mayor parte del bajo quedaron libres de enemigos; las tropas del Rei adquirieron el renombre de invencibles, i cautivaron con el pres– tigio de la victoria la voluntad de muchos pueblos que habían mostrado una decidida adhesion por la independencia. Esta brillante campaña consolidó la opinion del virei Laserna que la había dirigido en persona. Sus bien combinados planes, la asombrosa mo– vilidad que supo dar á sus tropas, la precision i acierto de su maniobras, i su teson i constancia hicieron que triunfase completamente del orgu– lloso Santa Cruz i de sus ausiliares, quienes desde este momento no pu– dieron menos de respetar un gefe tan recomendable por la actividad de sus operaciones guerreras i esfuerzo de su brazo, como por lo distinguido de sus talentos políticos i por la sagacidad de su entendimiento. Estos funestos reveses i contrastes para los insurjentes influyeron considerablemente en el descrédito de los mandones de Lima i en el desa– liento de las tropas con que pensaban todavía continuar la opresion de aquellas provincias. Viendo Bolivar los apuros de los independientes pe- 1·uanos i las dificultades de ganar terreno sobre el brillante ejército rea– lista, pidió i obtuvo del congreso de Bogotá el permiso de acudir con su espada al sostén de tan impia causa; i embarcándose sin dilacion en Guayaquil con direccion al Callao, hizo su entrada pública en Lima el l '! de setiembre en medio de las mayores aclamaciones de los abatido se– diciosos que se figuraban ver en aquel caudillo al sal ador de su ilegítimo partido. El marques de Torre Tagle retuvo el título de presidente pero enteramente subordinado á la voluntad del gefe colombiano. En el entretanto Riva Agüero, que habían reunido en Trujillo los miembros del congreso fugados del Callao, dispuso que se abrie en nu - vamente las sesiones bajo sus auspicios. Sus primeros dispo iciones e di– rigieron á levantar tropas que lo sostuvieran en el mando habiendo ido tan eficaz su empeño en esta parte que al poco tiempo tenia armados i t"quipados mas de 3.000 reclutas, sacados de las provincias del Norte. Tenia proyectado Bolívar entronizarse en el Perú alejando d~l poder á cuantos mgetos de influjo i de prestigio pudieran hacerle sombra: Ri a Agüero fue por lo tanto mui pronto el blanco de su persecucion: las desa enen– cias suscitadas entre aquel, Torre Tagle, Sucre i una parte del congre o habian enconado los ánimos hasta un punto dificil de describir e: la irritacion contra dicho Riva Agüero creció con haber adoptado algunas me– didas antípopulares, cuales fueron la supresion del mismo congre~o de
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