Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 267 tiago de lrrisarri, brigadier de marina, fueron nombrados para Nueva España; el brigadier don Francisco del Pino lo fue para Guatemala; el brigadier de marina don José Sartorio, i el capitan de fragata don Juan Barri lo fueron para Costafirme; i salieron para Buenos-Aires el magis– trado de la audiencia de Chile don Antonio Luis Pereira i el teniente co– ronel don Luis de la Robla. Apenas llegaron estos dos últimos á Buenos-Aires, que fue á prin·· cipios de 1823, empezaron á tratar con los insurjentes sobre los p relimi– nares que debian producir el reconocimiento sucesivo de su independencia ; i firmaron en 4 de julio una especie de convenio ó armisticio que debia durar por el espacio de diez i ocho meses, durante cuyo tiempo se resol– veria la gran cuestion americana, i en el entretanto reconocían dichos comisionados la independencia en la parte comercial, puesto que se hahia estipulado una perfecta armonía en aquella clase de relaciones, i la admí– sion en los puertos de España de la bandera insurjente de dicho punto de Buenos-Aires. Düicil es atinar si verdaderamente llevaron aquellos negociadores facultades tan estensas del gobierno constitucional, i tan repugnantes facultades al sentido comun i al honor español, ó si se dejaron alucinar por las pomposas i quiméricas promesas que les hicieron los r epublicanos de Buenos-Aires, de ausiliar á la E spaña para sostener su efímera libertad con la misma suma de veinte millones de duros que había sido decretada por las cámaras de Francia para r eponer á S. M. C. en la plenitud de su der e– chos. Si fue grande el desvarío de parte de los u nos en ofrecer lo que ni en su eños podían j amas r ealizar, lo fue todavia mayor de parte de los que creyeron en su posibilidad. No contento dicho comisiona– dos con e] resultado de su s insulsas negociaciones en Buenos-Aire e dirigieron al r esp etable vir ei Laserna para que e conforma e con la 1itulada convencion preliminar en lo concerniente á su vireinato· i lo re– publicanos en este punto quisieron hac rla estensiva á todo el ontinent de Amér ica, con cu yo m otivo f u e nombr ado el g neral La Her a como plenipotenciario cerca de dicho virei. Empero este ilustre g n ral, que acababa de ceñir u ien d lo mas ilustr s laurel s, no solo n las batallas d I a Toraca i M quehua sino tambi n n la r ci nt ampaña contra Santa Cruz que había man- dado n persona, no quiso a c d r al armi ti io ó su p ni n d arma con 1 gobi rno r b ld de Bu n s-Ai1·e , sin s tabl cia mo ha principal 1 r conocimi nto de la autoridad real n 1 P rú i la r t ·rada de la clivision titulada d los And , qu habia sido nvíada n au ili de los disid n t s d aqu l vir i ato. El r·gadi r do aldo ro 1 r f - rido vir i para oir las ro osic· n s d siones en l a ciudad d Salta, si qu nn n u
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx