Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

300 MARIANO TORRENTE e dirigió ac1a u retaguardia, i se colocó el dia 8 en la altura de Con– dorcanqui. Cambiando entonces Sucre su frente se estableció al Este de Ja citada poblacion de Quínua en el estremo de la pequeña llanura que Jo eparaba de la po icion de los españoles. Lo flancos de unos i otros estaban apoyados á los barranco · pero lo realista reunian á aquella ventaja la de estar situados en una altura de difícil acceso que dominaba el campo en que debia combatirse qu les a eguraba su retirada en caso de desgracia, i que los hacia dueño de lo movimientos preparatorios del ataque. La llanura que habia de ervir de campo de batalla estaba oblicuamente atravesada por una barranca prac– ticable para la infantería, por la izquierda realista quedaba una alida co– mo de 150 toesas, que parecía suficiente para desenvolver la caballería. El ejército in urjente e componia de diez batallones doce e cuadro– ne i una pieza de artillería con la fuerza di ponible de 5780 hombre . confesada por los enemigos, pero que segun los mejores dato no bajaba de 7000 lo que es ma presumible atendida la co tumbre que generalmente e nota en los guerreros de disminuir el número de sus fuerza para aumentar el mérito del vencimiento. Aunque los reali tas contaban con 9500 hombres de todas arma á mediados de octubre, habian sufrido bajas considerables en los cuarenta i siete dias de continuos movimiento por los parages mas fragoso i di– fíciles, en el paso de una multitud de torrentes i rios, i á causa de las privaciones de todo género que hahian sufrido, i de la desercion propia de aquellas tropas, como tambien por los muertos i heridos de las acciones de Andahuailas, Matará i otras escaramuzas. Su fuerza efectiva era, pue próximamente igual á la de los enemigos, es decir de 7 á 8000 hombre , in qu se oh ervase mas superioridad que en la artillería de la que con er– vaban en aquel momento 11 piezas. Los colombianos iban á pelear á larga distancia de u hogare e hacia por lo tanto doblemente necesaria su íntima union; las tropas de Jos realistas eran todas del pais escepto 500 europeos· i can ada de una guerra tan larga i penosa había crecido en ellas de tal modo u propen ion á desertarse que lo verificaban cuantos individuo podian eparar e de sus columna ; cuyo mal no podia corregirse de otro modo que lle ándolo encerrados en cuadros formados por los europeos especialmente de no h . Es, pues, evidente que la calidad de las tropas independiente era uperior á la de los realistas, si bien estos tenian á u favor el pre tigio de su. anteriore victorias i los mayores talentos i pericia de lo gefe como lo confesó el mismo Sucre, manifestando que la ventaja de u enemigo estaba en los pies, es decir, en el acierto de sus maniobra . Sin embargo de los poderosos elementos que con tituian jércilo independiente, nunca creyeron los realista que la fortuna habia d o· nesponder tan ingratamente á su e fuerzos; los mismo in urj nt

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