Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
308 MARIANO TORRE TE m ro de oficiale 700 heridos inclusi e 2 generales i 3 gefes un inmenso número de prisioneros, 2500 fusiles, toda la artillería que consistia en 11 piezas pues que las 5 restantes habian quedado rezagadas por can ancio de las mulas i cuantos pertrechos guerreros pertenecían á aquel brillante jército fueron los gloriosos trofeos conseguidos por los insurjente en ta reñida i sangrienta batalla, que puso á los mismos 1000 hombre fuera d comhat egun sus mismos partes, sobre cuya fe desean an es- to detalles. Dicha batalla fue completa i deci i a para ]as armas de la república: todo lo perdieron en ella los españoles; por mas esfuerzos que hicieron para contener los disper os, tan solo hahian podido reunir de 200 á 300 caballo ; todos los demas habían huido perseguidos vivamente en toda direcciones por los vencedores orgullosos. En e~ta crítica siluacion i re– plegado los generale i gefes con ha tante número de oficiale á la po- icion que habia escogido el general en gefe Canterac llegó un ayudant de La Mar ofreciéndoles una generosa capitulacion. E t fue el momento terrible i mas doloroso para aquellos general ·· i gefes: rendir la armas que con tanto lustre habían manejado ha ta entonces, i erse precisados á implorar del vencedor honrosa condicione que hicieran menos sensible su desaire, son verdaderamente acrificio lo ma costosos que pudieran imponerse á militares engreído con ln fortuna. u posicion era sin embargo tan triste i deplorable que podía considerarse como una gTacia cuanto les fuera otorgado por 1 orgullo o enemigo. Persuadidos, pues, de que todo esfuerzo que se hiciese en tan d - sastrosa crísis había de empeorar notablemente su posicion individual in que resultase provecho al.guno á las demas tropas ni á los pueblos se acordó en junta de gefes que se procediese á la capitulacion. Habiendo pasado con este motivo al campo insurjente, lo genera– les Canterac i Carratalá estendieron de acuerdo con el general Sucre la condiciones de ella, que fueron trasmitidas á la una de la mañana á lo gefes realistas. De pues de haberlas éstos examinado detenidamente i d haber hecho las observaciones que juzgaron mas necesarias la devolví - ron á las seis de la misma mañana, i á las dos de la tarde e firmó defini– tivamente dicha capitulacion que tantas cue tiones ha su citado n l mundo político. La garantía de propiedade i persona ; la obligacíon por parte d lo independientes de costear el pasage á todo individuo del ejército e pañol que quisiera regresar á la península; la de permitir que todo buqu d gu rra ó mercante pudiera proveerse de víveres en cualquiera de lo pun– tos de la costa i regresar libremente á Europa· la con ervacion de honor i distinciones segun el rango de los rendidos; la aquiescencia á con id rar como peruanos á todos los que habian seguido el partido del R i i de admitirlos en sus filas con sus mismos grados si querían incorporar á
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