Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 13 "nos hallará en su mismo malogro lecciones prácticas de nue tra fid - "Jidad i amor al Soberano legítimo, por el que todos estamos pronto á sa– "crificarnos." Este sublime le11eauage del mayor general Córdova le gran<YeÓ una TJOpularidad que hasta entonces no habia tenido, i le reconcir ó los ánimos de lo que habian censurado su altiva conduc;ta con el coronel Gonzalez. Sus prote tas sallan de un corazon puro é incorruptibl , i las elló mui pron– to con su sangre, presentándose como noble víctima an e las aras de la monarquía. Irritado Balcarce por la befa i escarnio con que babia sido trata o s farsante embajador, dividió su fuerza en tres columnas para acometer vigorosamente á la plaza: ya los buenos aireños se habían apoderado de las alturas, cuando el comandan e Gonzalez les ió un brusco ataque con un refuerzo que tenia apostado en las mismas cimas: muchos de los insur– gentes perecieron en este choque; otro~ por susti·aerse á la muert que aquel denodado oficial vomitaba por todas partes, se arroja1·on por los pre– cipicios, i se introdujo tal terror i confusion en el campo enemigo, que has– ta las tropas mas distantes de la accion quedaron acobardadas, midiendo va con el deseo el camino por donde debían empren er su :fuga. El centro abandonó su posicion; el comandante de artillería los dos ca - ones que estaban confiados á su mando; las compañías que se hab·an apoderado de los cerros se entre aron á una fuga desordenada; f e grande el núm ro de muertos, i no menos considerable el de prisioneros i heri s; pe o ya á los dos dias se hahian reunido los dispersos en la villa de Tupiza sin que las tropas realistas se hubieran ocupado en pe seguirlos. A pesar de esta vic oria no estaban tranqu· os Jos g fe e añol s: habian contado con algunos refuerzos pa1·a tomar una ac itud impon nte, i tan solo se les hahia unido el teniente co one Ba agoitia on 350 hom– bres, i el presidente Nieto con otros ciento. Aunque el g ne al Goye h hahia prometi o enviarles alguna fuerza, no pu o cumplir su palabra, razon de hallarse sus tropas sin discip 'na ni instruccion, c-uyo i t r - sante objeto estaba trabajando con ·nfatigable lo, para forma la e m - do que se estrellasen en ellas as armas de lo independ.ient s, i la su rte {>ropicia les hacia franquear l aso de aquellas provin ia . Prev'a al mismo t·empo, n au uando h hi 1·a querido v·ar r - f rzos, al vez no habrian 11 gado á ti m o, i qu en aso de c·bir al un revés las tropas de Cór ova, quedarían inuti izadas las de qu 'l tonto ne– c itaba para contener l impe uoso arro:o d un ene ig v' ctori s . El e· ército e vanguardia sin embargo a bastant fu rt para r hazar 1 ata- qu s de Bal arce, si continuaba en 1 mi estado d ahatimi nt i <le munirion s, e que se halló de u s d la accio d Cotagai t . tal 10- do lo cr ian su g fe que dando la ictoria p r gura, se d t rminaro á ad lantarse conu·a 'l. Despues de varios ebnt s n que se per · ó 1 t'
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