Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
312 MARIANO TORRENTE en su anterior preponderancia; pero de ningun modo podía esperar e ha· llar en ellos puntos de apoyo i de salvacion. Asi pues todo el celo, el empeño i lo denodados esfuerzos del general Alvarez i de otros gefe pañole no produjeron mas resultado que el de dejar bien cimentada u opinion política i militar, i el de acreditar que la cesion ó entrega pa · tada en la capitulacion de Ayacucho de las tropa i pueblo que reco– nocian la autoridad real no tuvo mas objeto que el de presentar al en · migo como un acto de generosidad lo que nadie podia di putar á u irre- istible impulso. Los enemigos habían puesto ya en marcha desde el dia 12 una colum– na de de Huamanga al mando de Gamarra sobre el Cuzco como vanguar– dia del ejército que al mando de Sucre iba á tomar igual direccion. El ya ci– tado Miranda que se hahia replegado á Mollepata, rechazó con entereza la pri– mera intimacion que le fue remitida para que se sometiera á la capitulacion · p ro cuando vió que tan solo habian llegado á reunirse á sus filas 7 5 oldado de los dispersos de Ayacucho, perdida ya la esperanza de formar un centro al que se abrigasen todos los que se hubieran salvado de dicha batalla, cedió al to– rr nte de los sucesos i rindió las armas. Habiendo llegado al mismo tiempo al Cuzco la mencionada capitu– la ion dirigida por el general Canterac, se convocó otra junta, de la cual resultó el que e ieran precisados á reconocerla, atendida la ostruc ion de todos los medios para hacer una obstinada defensa, careciendo de no– ticias d 1 nuevo irei Tristán i de los ausilios que podia sumini trar el general Olañeta, que era el único que tuviera lo medios de dar alguna ida al moribundo partido realista. El general Alvarez hubo asimismo de renunciar á su idea de reti- rar e en bu ca de dichos gefes uando sobre la razone a enun iada le signüicaron los comandantes de artillería i del batallon de Huamanga qu llo n r pondian de sus tropas si e las ponía en marcha. ontribu ' a imj mo á tomar esta resolucion la noticia de haber alido 1 g neral \farol de la ciudad de Puno, i de la suhlevacion efectuada á u on - u n ia por las mi mas tropa realistas, las que poniendo n libertad á los pri ion ros i á su cabeza al gene1·al insurjente Alvarado qu e hallaba ntr llo dier n nue a garantías á la olidez del partido ind p ndi nt . El gen ral Tri tán, que habia recibido el 21 1 nombrami nt d irei que le habia ido remitido por la autoridad d 1 Cuz o de pl gó n lo primeros dias la mayor ene1·gía á favor de lo r ale d re ho , r tó ' hizo prestar nue o juramento de fidelidad al Monarca pañol ha i n o solemnes prot stas de sacrificarse en su def nsa · roa cuando 10 l lam n– table estado que presentaban lo negocios i la ninguna apal"Í ncia d u sfuerzos pudiesen mejorarlo, determinó entrar n comuni a ion Sucre i Bolívar esperando que por este medio podria s r ma util á lo desgraciados españoles, como lo fue en efecto en el acto mbar ar '
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