Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

316 MARIANO TORRENTE fue e pa ·ando á reunir e con él ó llamando la atencion del en migo por la provincia de Arequipa: esta comunicacione sin embargo nunca llega– ron á mano de dicho virei aun que si á las del comandante Miranda quien no pudo tra mitirlas á causa de la interceptacion de lo amino : a i pues la ospechosa correspondencia de que e ha hecho mencion enta– blada á con cuencia de la batalla de Ayacucho pudo tener por objeto el ntretenimiento del enem' go · la ventaja de ganar algun tiempo para de - pl gar ma. ore fuerzas i recursos á fin de parar los fune to efecto de dicha d rrota. De pue de haber dado e ta aclaracione , tan necesaria en la cir– un tancia actuale , en las que e está agitando con el mayor empeño ta delicada cue tion; de pue de haber emitido nuestra opinion con aquel andor i rectitud á que está obligado todo juicioso historiador sin que a nue tr ánimo acriminar á lo gefes i oficiales de este mismo partido que e hallan en la península, pues que con el mero hecho de haber ve– nido á ponerse á la disposicion del Soberano, demuestran claramente qu no le arguye la conciencia de haber faltado á ninguno de lo deb res político i militar que les e tán impuestos, porque aun la parte qu tomaron en la guerra ci il queda disculpada con la pasiva obediencia que deb el -ubalterno al gefe principal; finalmente despues de haber entrado eu uno pormenores, que creemos de urna utilidad para formar un jui io acto obre la terminacion de la guerra en el Perú volveremo á tomar 1 hilo de los suceso . Las primera comunicaciones que recibió en Cochabamha el e presado general Olañeta sobre los desastres del Perú, procedieron del presidente del uzco don Antonio Maúa Alvarez, i sucesivamente del virei nue ament nombrado don Pío Tristan: ambo generales le prometían reunír ele con rodas las tropas que tenian á us órdene , avi ándole en particular est último hallarse almacenados en Arequipa una gran cantidad de fusile . muchos sabl i pistolas, i en te orería algunos fondo ; noticia umament lisongeras para Olañeta, especialmente la del armamento del qu e a- aba al Pª"º que le sobraba gente á quien confiarlo. Despue de haber mandado á su primer ayudante de campo el t - ni nt coronel mayor don Angel Hevia, que adelantase ácia el D agua– dero con toda las fuerzas que se hallaban en Poto í i Chicha i de que siguie n igual direccion las demas tropas de Cochabamba on partícula r ncargo al coronel don José María Valdé que se hallaba mas avanzado, de penetrar con un hatallon i un escuachon hasta la ciudad d Puno á poner e en comunicacion con Tristán, pa ó en per ona á la iudad d b Paz á 1 vantar nuevos cuerpos para sostener esta campaña. Cuando el citado Valdés llegó á las c r ania de Puno hallaba a ¡u - lla ciudad en poder d los faccio o á con ecuencia de la ubl a hemos indicado· mas reconociéndo éstos con fuerza mm d -

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