Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

324 MARIANO TORRENTE ponihle, se vió precisado el teniente coronel don Pascual Bernedo obre quien recayó esta honrosa eleccion, á entregarse á los riesgos de aquel undoso piélago sobre un pequeño bote de seis remos con el que ni podia alejarse de la costa á causa de su debilidad, ni acercarse á ella por no caer en manos de los insurjentes. A pesar pues de estas dificultades i sin embargo de haber debido lu bar contra vientos i corrientes contrarias pudo llegar el undécimo dia de na gacion al puerto de Quilca, en donde debía hallar la escuadra es– pañola egun cálculo formado por el gobernador Rodil, espresado en las in truccione que se le comunicaron cuando salió del Callao. Al ver Bernedo fondeados en dicho puerto algunos buques de gran porte se confirmó en su creencia, i depuso todo recelo . Al mismo tiempo que se dirigía á dicho punto doblaba aquella boca una fragata que creyó fuese la corbeta lea; mas cuando se hubo aproximado á ella conoció que era la María 1 abel ó sea la O'Higgins, perteneciente á Chile, que se dirigia á bloquear el citado puerto del Callao. Se hallaba ya Bernedo debajo de su fuegos cuando salió de su error; í como en el acto se hubieran descolgado algunas chalupas de aquel buque, fue alcanzado prontamente por ellas i ya no tuvo mas arbitrio que rendirse despues de haber arrojado u co– rre pondencia al agua. e reducía ésta á enterar al brigadier Ramirez i al capitan de navío Gruzeta de la resolucion de Rodil en sostener á todo trance aquella plaza i á suplicarles regresasen á ella para combinar un nuevo plan de opera– ciones. Encargaba asimismo á Gruzeta proporcionase un buque á Bernedo para pasar á Arica á fin de que por el Despoblado pudiera reunir e con Olañeta, r conocer de parte de Rodil á este general como la primera au– toridad española en aquellos dominios, manifestarle la decision de la plaza. -ofrecerle cuantas armas i municiones pudiera necesitar, pedirle algun dinero si podía desprenderse de él; i escitarle á que sosteniendo con sus arma el Alto Perú, obrando en combinacion con Chiloe, con el mi mo Callao i con la escuadra se lograse contener el ímpetu furio o de lo in– surjentes, i dar mas tiempo para que llegasen ausilios de la penín ula. Todos estos proyectos i combinaciones se desvanecieron con la desaparicion de la referida escuadra i con la desgraciada prision de Bernedo, ncar– gado de ellos. Desde este momento quedó ya Rodil reducido á lo único recur– sos encerrados en la fortaleza, cuya guarnicion á principios de este año e hallaba reducida á los incompletos batallones del Infante i Arequipa mandados segun se ha dicho, por sus tenientes coroneles don Lui Labraque i don Pedro Aznar con el total de 1.000 plazas ademas de un escuadron de artillería volante con 80 caballos, del que era segundo comandante hijo del marques de Valle-umbroso, don Pedro Zavala, i uno 200 arti– lleros á las órdenes de Duro. El gefe de estado mayor Alaix mandaba la

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