Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU 331 lase la constitucion del Alto Perú como impuesta por la violencia i que se convocase un congreso co!npuesto de legítimos representantes. El gran mariscal Santa Cruz espidió la convocatoria para el 1? de mayo: los dos ministros don José Pando i don Tomás Heres marcados por boli aristas, fueron depuestos, i reemplazados el primero por don Manuel Vidaurre i el segundo por el general Salaza'.r. Pasada la primera efervescencia se usc1to nuevamente la de con– fianza entre colombianos i peruanos, i se descubrió una general tendencia de los primeros á la contrarevolucion, que habría estallado eguramente si Bustamante no la hubiera cortado con oportunidad. Para conten r los malos efectos que debia producir la insubordinacion de estas tropas se determinó embarcarlas para Guayaquil, lo que se verificó en el mes de marzo bajo el cañon de los fuertes del Callao, i con todos los preparati os capaces de imponer respeto á aquellos sediciosos. Resp5ró Lima con la salida de los ausiliares · el almirante Güi e que había sido proscrito por Bolívar, fue reintegrado en su sueldo i ho– nores; todos los esfuerzos de los enemigos fueron rechazado i pudo el pueblo dedicarse á hacer menos bulliciosamente sus eleccione para el nuevo congi·eso. Reunido éste en junio, señaló el principio de u 10- nes con anular la constitucion de Bolivia, Santa Cruz renunció la presi– dencia, de la que fue investido el general La Mar. Los mayores talentos, instruccion i virtudes adquiridas por este gefe en las filas españolas, en las que habia llegado á ser condecorado con la fa ja de mariscal .de campo, hicieron concebir las ma altas e pe– ranzas de buena administracion. El consul de Colombia Armero fue espulsado de Lima por sospechas de conspirar contra el Estado. El gene– ral Sucre, que habia sido colocado por Bolivar á la cabeza de la pre i– dencia de Bolivia, habia h echo algunas tentativas para restablecer en el pais el influjo de su protector, pero sin fruto alguno: las norme con– tribuciones con que ago iaba á los habitante del Alto P erú, su autoridad rob oluta i génio d spótico le habían hecho tan odio o para con el pu blo i aun para con sus tropas, que olo mandando pasai· por la arma al– gunos de sus mejores oficiales pudo pa1·ar el golpe a e tado ontra u 'ida por una bien conce1·tada conjuracion. eguian, pues, los p i·uan minando 1 dificio boli ian uando estallaron n Chuquisa a n 16 d abril d 1828 alboroto r i o d la mayor trasc nden ia: rno uc1· á o:fo ado · i aunqu logró un triunfo omentáneo, fu on una gra herida qu r ibió n 1 brazo i con la s nsible p 'r ida 1 antiguo pai·tidario Lanza qu habia 11 gado á m rec r toda su onfianza; o · u a au r nun i' u mando n don Juan rdinin a, su ministro d . la gu rra. aminaba n 1 ntr Lanto ontra di ha ciuda d huquisa a 1 g n ral ruano Gamarra para r alizar u d a o pl n d r u ür aqu lla

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