Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú
24 MARIANO TORRENTE existia entre ambos; ohser ando finalmente que su afable elocuencia mi– litar no hacia impresion alguna en los ánimos de dichos gefes, se levantó furiosamente de su silla i apostrofándolos con términos picantes, aunqu~ no injuriosos, concluyó por decirles con tono firme i asegurado. 'Es posible que den ustedes este pago á su general, que les ha col– "mado de honores i distinciones, que se ha desvivido por proporcionarles "toda cla e de consideracion é importancia, i que se ha anticipado á reme– "diar aun aquellas urgencias que procedían del estravío? ¿Quién hai entre "ustedes que no haya esperimen ado los efectos de mi celo'! i ahora que los "necesito ¿hallo amortiguado aquel ardor bélico de que hacian vana osten– ''tacion cuando estaban distantes del peligro 't ¿Cuando el enemigo nos "amenaza con sus abrasadores rayos, veo con eruao en un1eza i uescou– ·,nanza aquel noble espíritu de decis10n i arrojo que yo me he esmerado 'en formar·t Tantas promesas de sacrificarse todos por defender la ida de "su general, que -esta identificada con la causa del tl.ei ¿se des anecen an "'miserablemente en el momento en que yo apelo con mayor empeno a1 " estuerzo e sus brazos para dar un día de gloria a las armas de Castilia, 'honrando sus sienes de preciosos laureles, de que se han hecho indignos con ~'solo vacilar en lanzarse con ardor á tan gloriosa lucha ·( ero á bien que ''no necesito de gefes tan poco decididos: corro a confiar el mando de "'los cuerpos á los capitanes mas antiguos; yo sabré entusiasmarlos con mi " decision i ejemplo; ellos se .harán dignos del rango á que oi á elevarlos; " ellos me seguirán arrostrando impav1damen e la muerte, i cuando uel– " van cargados de trofeos, verán ustedes en cada uno de ellos un testimo– ''nio vivo e esa falta que han de llorar amargamen e ' . La irresistible fuerza de este discuT::>O se comunicó simultáneamente i con tanta rapidez al pecho de los gefes realistas, q e arrebatados todos de amor i entusiasmo, corriei-on á abraza1 á su gene1·al prorrumpiendo en las espre iones mas enérgicas de ternura 1 i protestando su firme decision i ar– dientes deseos de arrostrar los mayores peligros á las ór e es de un guerrero tan esforzado, que encadenaba las voluntad.es con su mágico poder. '1 al era Ja exaltacion de dicho general que parecía que un genio sobrenatural diri– gía sus acentos. Los efectos que produjo fuei·on tan prodigiosos que se es– citó al último grado el entusiasmo i empeño de todos los comandante pa– ra desvanecer con su heróica conducta cualesquiera siniestra impre ion que hubiera podido producir su primera repugnancia á la ejecucion de aque– lla atre ida empresa. Ocupóse el resto de aquella noche en la formacion del plan de bata– lla i en prepararse para el combate. Al romper el dia estaban ya todas la tropas sobre las armas i en el estado mas brillante de arroja1·se al enemigo. Dejando Goyeneche 2.000 soldados al mando del coron 1 Lomhera á la dere– cha del rio para contener á los cochahamhinos i cubrir la retaguardia, empren– dió la marcha con 6.000 contra un formidable ejército, que esperaba con su
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