Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

HISTORIA DE LA REVOLUCION DE LA INDEPENDENCIA DEL PERU '1J Goyeneche, i la revolucion fue ocultando su cabeza en sus mismos desca– labros. Increible parece que una accion tan brillante como la de uaqui, hu.hiera sido comprada con tan poca sangre: este favorable resultado se debió esencialmente á la impericia del enemigo en dirigir sus fuegos; i su horrorosa mortandad al mejor tino i mayor serenidad de las tropas del e1. Las cuadrillas de dispersos, comenzaron á entrar en La Paz esde el amanecer de dia 21, comunicando á los rebeldes el desaliento i la deses– peracion. li"'uese porque el miedo les hubiera hecho engrandecer los peli– gros, ó porque entraba en el plan de los re olucíonarios desacreditar al ge– n~ral en gefe r ealista, era este pintado con los colores mas horrililes, i de– signado como un tigre sedien o e sangre que no se aciaba sino ert.I.endo la de todas aquellas poblaciones que habían Lomado par e en la insurrec– cion. El gobernador don Domingo Tristan, que hahia s1 o conser ado en el mando poi· las tropas de Buenos-Aires, dispuso evacuar la ciudad con los caudales públicos; la mayor parte de vecindario se preparaba asuni.s– mo á abandonar sus hogares; todo era confusion i de_orden; la indomita p ehe, que tanto abunda en aquella ciudad, los indios de sus suburbios, i aigunos dispersos de los mas desalma os se desenfrenaron á la sombra de la anarqwa; i capitaneados por algunos indios mestizos, se derramaron por las calles uriosamente en busca de europeos con el objeto de sacrifi– carlos á su saña i venganza. De los cuatro col gas que tenia ristan en la junta de gobierno, solo habían quedado en sus casas l marqu de San Felipe i el doctor don Jo– sé Landaberi, ambo sugetos de p1·obidad i mas adictos á la causa del Rei que á la junta, n la que si habían en ado como ocales habia sido con el laudable fin d t mplar la iolencia de us medidas, i de ser los protecto– r de los pers guidos europeos. ontinuando ambo n l d emp ño de sus funciones aun enmedio de la confusion i d órden que e había introducido desde la derrota de Huaqui, det rmina.ron no alejar... un instante de las casas consistoriales n dond la d nfr nada plebe iba depositando á los afligidos realistas. Temiendo el marques de an elipe la uerte fatal que 1 esperaba les facilitó la fuga pasando por el int l'Íor del edilicio al contiguo templo de Ja catedral. Echando de meno los conjurados sus ' ctim.as e arrojaron como tigr contra t gen oso prot ctor i le dieron una muerte bárbara · inhumana. Igual habria sido la suerte del honrado Landábe~ si la faci- lidad d plicars en el idioma indio i su particular conocimiento con los principal cah illas no hubieran ablandado u irritacion. La ll gada d 1 caudillo Ri ero con 500 cochabamhino i la de al– guno ofi ial d Bu no - · ontrihuyó podero amente á enfrenar aquel rabio popula ho si bi n fu pr · o hacer toda ·a algun crificio para cont ntarlo. gob rnador Tristan qu habia abandonado la ciudad i se hallaba á doc leguas de distancia recibió una garantía por u desleal con·

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx