Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

MARIANO TORRENTE á toda transacion que no llevase el sello positivo de una emancipacion absoluta. En el acto de vindicarse aquel caudillo insurgente de los cargos que le hacia ia voz pública, contesó que sus únicas relaciones con el ejército del ftei se limitaron á alguna comUillcacion con uno de los secretario de Goye– neche, á quien intentó engañar con 1a mi:ra de que le descubriese todos los planes de su general, i .le ent rase de los flancos por donde powa hacer alguna brecha en el ánimo de aquel impávido é incorruptible guerrero. No nos consta que haya tenido consecuencia alguna tan extraña negociacion, si ve1·daderamente existió; pero de todos modos hah1ian sido vanos é in– fructosos los esfuerzos del mas astuto insurgente para envolver en sus in– trigas á un general de tan sagaz previs1on i brillante ingenio, que tantas pruebas hahia dado de que no eran menos poderosas 1as armas e su polí– tica que las del acero, para triunfar de sus enemigos. Desvanecidos os recelos que la junta subversiva del Rio de La Plata hahia concebido de los r esultados de esta soñada negociacion, se replegaron los enemigos ácia J ujuí, i el general Goyeneche se determinó á la grande empresa de sofocar la horrible insurreccion de Cochahamha, castigando la osadía de sus tercos habitantes. Esta campaña para ser brillante en todas sus partes requería mucho tiempo i constancia; i este fue el sabio plan que adoptó el general realista, persuadido de que las tropas de Buenos-Aires se hallaban demasiado débi– les para incomodar la vanguardia, que habia quedado en la frontera de aquel vireinato. Se trataba de sujetar una porcion de hombres sublevados en masa, sin órden, sin concierto, sin subordinacion, sin conocimientos mi– litares, i aún escasos de armas, pero despechados hasta el último grado de exaltacion. Los mayores obstáculos que se ofrecían á la realizacion de este plan eran los trabajos i privaciones que debia sufrir el ejército del Reí en el largo i penoso camino, por toda cuya estension habían cometido los co-– chabamhinos los mayores estragos, incendiando i saqueando los pueblos, talando los campos, retirando los ganados, sustrayendo los comestibles, i devastando cuanto podia servirle de alivio i subsistencia. A principios de mayo levantó el general Goyeneche u cuartel general de Potosí con la mayor parte del ejército. Lombera tomó igual direccion desde Oruro con 2.000 hombres; Huici, i Alvarez Soto.mayor movieron asimismo sus divisiones desde Chillon. Parece que el solo aparato de unas fuerzas tan considerables, que se distinguían meno por su número que por su arreglo, disciplina i valor, deberia haber desarmado el brazo de lo rebeldes; pero ni la proximidad del peligro, ni las intimaciones amigables i pacíficas que les dirigió el general con la mira de evitar los males de la guerra, hicieron la menor impresion en sus endurecidos corazones, hasta que fue derrotado en Pocona su principal caudillo Arce por las primeras guerrillas del ejército del Rei. Conociendo entonces que su inútil resistencia hahia de empeorar

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