Memorias diarios y crónicas historia de la revolución de la independencia del Perú

P ERU: 1813 Batalla. de Salta. lnhabüidad física del general Goyeneche para con· tinuar la campaña. Espontánea demision de su mando. Sentimiento gene– ral, -por tan infausto acontecimiento. Desercion del ejército realista, cortada por influjo del mismo general i de su interino sucesor don Juan Ramirez. Nombramiento del general don /oaquin de la Pezuela para mandar aquel ejército. Estado crítico de los negocios. Energía i acierto de este ge/e. Acdon de Pequereque. Gloriosas batallas de Vilcapugio i Ayohuma. Per– secucion de los caudillos de Buenos Aires por Don Juan Ramirez. Salida de Lombera -para Chuquisaca, i de Picoaga para el Cuzco i Puno. Furiosa desercion de los soMados realistas despues de la victoria. Marcha del señor Pezuela para La Plata i Potosí. Restablecimiento del órden en todas aque· llas provincia&. Batidos los insurgentes en Jujuí en fuerza de los ausilios dirigidos oportunamente por Tristán segun va apuntando en la historia del año an– terior, se retiraron al otro lado del Pasage, i los realistas reconcentraron todas sus tropas en Salta con ánimo de hacer prodigios de valor para repa· rar el honor de sus armas. Aprovechándose BeJgrano al mismo tiempo de la favorable impresion que habian hecho sus victorias del Tucumán en aque– llos pueblos. demasiado adictos al sistema de la independencia, hizo una leva general, por cuyo medio i con los refuerzos que babia recibido de la capital babia aumentado considerablemente su ejército. Las numerosas partidas, que se levantaron al favor de estas ventajas, compuestas de gentes sumamente diestras en el manejo del caballo, mui co– nocedoras de aquel terreno montuoso i quebrado, espertas en la guerra de sorpresa, i emboscadas, i de una particular habilidad para penetrar por los espesos bosques i matorrales, estendieron sus incursiones hasta las mismas cercanías de Salta. Las tropas del Rei tenian que vivir en una continua agi· tacion i alarma, debiendo sostener continuos choques parciales contra aque– llos cosacos de América, llamados Gauchos, que huian cuando se les bus– caba, pero que con la misma facilidad se echaban encima para intercep– tar los víveres, cortar las comunicaciones, i sacar partido de todo descuido ó desprevencion. Teniendo Belgrano los flancos bien guardados por estas guerrilla¡:¡ sueltas, emprendió su marcha contra los realistas i se presentó el 19 de fe– brero por la noche á la vista de la citada ciudad de Salta, despues de una marcha penosa i d haber cruzado sin tropiezo el rio del Pasage, á pesar

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