Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien

éste se quejó mucho de la arrogancia de los libertadores -dice Lo– rente recogiendo aseveraciones del gran liberal Francisco Javier Ma– riátegui- que para dar esperanzas dulcificó San Martín el primer título simple de Protector, poniendo a los decretos el encabezamien– to de Protector de la Libertad del Perú, fórmula que desapareció "cuando creyeron sus consejeros desvanecidas las primeras impre– siones y la exaltación producida por las sugestiones de unos po– cos". El propio Cochrane, almirante de la Armada Libertadora, ma– nifestá su disconformidad a través de una carta a San Martín es– crita en el Callao el 7 de agosto, en la que le dice a éste entre otras cosas: "En sus manos está el de ser el Napoleón de la América del Sur, como está en su poder el hacerse uno de los hombres más grandes, que en el día ocupan la escena del teatro del mundo; pero también tiene usted la facultad de elegir su carrera y si los prime– ros pasos son falsos, la altura a que usted se encuentre contribuirá a hacerlo caer como del borde de un precipicio, de una manera más fuerte y segura". Desde luego, San Martín comprendió claramente la intención que contenían las frases del almirante inglés, por eso es que le contesta que bajo el título de Protector no ha cambiado su carácter personal y que la alteración ha sido sólo en un nombre, por el bien del país. "Arrastrado por el imperio de las circunstan– cias a ocupar un asiento que abandonaré así que el país esté libre de enemigos, deseo volver con honor a la simple clase de ciudada-– no", le expresa. Lo positivo es que San Martín, como Protector, comenzó a go– bernar mediante decretos. Los hijos de esclavos nacidos o que na– cieren en el territorio del Perú desde el 28 de julio, fueron declara– dos libres con los mismos derechos que el resto de ciudadanos pe– ruanos,· el tributo pagado por los aborígenes fue abolido; en adelan– te los llamados indios o naturales debían recibir la denominación de peruanos; fueron suprimidos los servicios que en distintas for– mas prestaban éstos desde la época colonial; se fomentó la ense– ñanza primaria en Lima. El 28 de agosto se creó la Biblioteca Na– cional para acrecentar el caudal de las luces y fomentar la civiliza– ción de los hombres y de los pueblos, contribuyendo con impar tantes donaciones de libros Unánue, Olmedo, Monteagudo, .Pérez de Tudela. Desde Europa García del Río y Paroissien se encargaron de remitir después, en cumplimiento de las órdenes que se les im· partiera, libros, mapas, revistas y periódicos con el fin de incre– mentar dicho establecimiento cultural con lo mejor y más reciente del viejo continente. El primer Director, designado por el propio San Martín, fue José Mariano de Arce, figura descollante entre los próceres del Perú. XV

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