Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien
1) la moral del pueblo peruano, abatida por el régimen colonial, en que se creó el hábito a "obedecer a la fuerza, porque antes nunca ha gobernado la ley"; 2) e! estado de su civilización, que no era otro que "servir con sumisión, para desarmar la violencia y ser menos des– graciado"; 3) la proporción en que está distribuida su riqueza, y 4) las mútuas relaciones entre las clases que forman la sociedad. Remata su argumentación conservadora y retrógrada, diciendo que "la cade– na era siempre la misma aunque algunos eslabones brillasen más que otros". "Un pueblo que acaba de estar sujeto a la calamidad de seguir tan perniciosos hábitos (la servidumbre, la esclavitud y la tiranía a la vez) es incapaz de ser gobernado por principios demo· cráticos". Felizmente para la patria, un hombre con tales ideas no logró sus designios, pues el torrente liberal abatió en todos sus ex– tremos la forma tendiente a restringir las libertades democráticas y se estableció la forma republicana de gobierno llevando la ban 4 dera hacia este sistema José Mariano Arce, M.anuel Pérez de Tudela, Francisco Javier Mariátegui y el gran tribuno de la república José Faustino Sánchez Carrión. La situación económica era sumamente apremiante luego de sonar la campana de la libertad en la capital virreinal. Uno de los primeros actos de San Martín fue suprimir los impuestos extraor– dinarios que desde 1812 habían ido recargando las autoridades es– pañolas para sostener las fuerzas y el gobierno colonial cada vez más amenazado por los triunfos de los libertadores de América. Por con– siguiente las rentas del Estado quedaron "reducidas a la impotencia de poder cubrir ni aún los gastos ordinarios", según declaración de Unánue, quien tuvo bajo su responsabilidad la organización de la hacienda pública como titular del Ministerio de Hacienda. "El Protector -dice Lorente- había disminuido las contribuciones directas casi hasta el punto de extinguirlas, aboliendo el tributo, los impuestos extraordinarios y la mesada eclesiástica que fue reemplazada por un moderado auxilio patriótico". Las entradas por esos conceptos no habían alcanzado a tres millones de pesos du– rante el segundo semestre de 1821. De otra parte, no podía contar– se ni siquiera con los elementos indispensables para el sustento de los pueblos libres o para desarrollar una economía local porque no se tenía agricultura, ni industria y ni se podía trabajar las mi– nas, "precioso patrimonio", por cuanto lo impedían la guerra pro– longada, las agresiones o las amenazas de las tropas realistas que siempre buscaban la forma de quebrar la acción de los patriotas. Así lo afirman los partidarios del fundador de la libertad del Perú cuando más tarde se le quiere echar la culpa a éste de los proble: mas surgidos durante su gobierno como Protector del Perú. XIX
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