Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien

MISION GARCIA DEL RIO - PAROISSIEN 297 N? 166 Londres y Junio l? de 1824 Sin embargo de los deseos del Sr. Canning de proceder al reconocimiento de la independencia de aquellos estados america– nos que como Colombia y Méjico, no cuentan ya en su suelo enemi– go alguno armado; este gobierno vacila todavía acerca del momen– to en que debía darse semejante paso.- Para acelerar este mo– mento, se están tomando en la actualidad medidas eficaces para obtener que de los principales distritos manufactores de la Gran Bretaña se dirijan al gobierno peticiones sobre el reconocimiento de nuestra independencia; y puede ser que esta manifestación de los deseos de una parte considerada de la población británica, jun– to con los favorables informes y noticias que por instantes debemos aguardar de América, venzan la tibieza o la repugnancia que sien– ten respecto a nosotros algunos miembros de este gabinete, cuyos principios políticos están en oposición con los de la parte más ilustrada del mismo. Tenemos el honor de renovar a V. S. los sentimientos de la más alta consideración y respeto con que somos, Sus más obedientes servidores. J. García del Río = Diego Paroissien. N? 167 Londres y Junio 12 de 1824 Conforme a lo que tuvimos el honor de exponer a V. S . en nuestro oficio N? 166 se han presentado ya al Parlamento las pe– ticiones de las ciudades de Londres y Liverpool que encontrará V.S. en los papeles públicos del 7 y 11 del corriente que por sepa– rado dirigimos a ese gobierno. Otras varias las seguirán. En la petición de la ciudad de Londres observará V. S. que solo se suplica al Parlamento el reconocimiento de Colombia, Chilo y Buenos Aires, sin hacer mención de Méjico y el Perú. Esto pro– viene del reconocimiento que se tiene de que el gabinete de S.M. B. se propone reconocer tan solo la independencia de aquellos nuevos estados americanos que se hallan de todos libres de enemigos, y con un gobierno consolidado; y como el Perú desgraciadamente aún sostiene la guerra en su territorio y Méjico vé amenazada su tranquilidad por la poca unión que hay entre sus provincias, s probable que ambos estados no sean inmediatamente comprendidos