Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien
300 MISION GARCIA DEL RIO - PAROISSIEN Que la España se obstina en no entrar en acomodamiento con sus antiguas colonias sobre la base de la independencia. Que el gobierno británico se ha repetido recientemente la propuesta hecha tiempo ha por la España para que asista a un Congreso en que se discutan los negocios de América; y que él se ha vuelto a negar a ello. Con la mira de que ese gobierno pueda formar idea por sí mismo de la importancia de los resultados que aparecen de la dis– cusión mencionada, tenemos la honra de referir a V. S. a los pa– peles públicos de esta fecha que por separado acompañamos. Tenemos el honor de renovar a V. S. los sentimientos de la más alta consideración y respeto con que somos, Sus más obedientes servidores. J. García del Río = Diego Paroissien. N<? 170 Londres y Junio 25 de 1824 Según observará V. S. por los papeles de esta fecha, que por separado tenemos la honra de remitir, el Marqués de Lausdowne volvió a tratar ayer de la cuestión de la independencia de América en la cámara de los Pares. Con este motivo repitió Lord Liverpool que el gobierno de la Gran Bretaña estaba en perfecta libertad pa– ra reconocer la independencia de América cuando lo creyese conve– niente. Declaró que habían sido inútiles cuantos esfuerzos se ha– bían hecho por los Ministros de S.M. B. para inducir a la España a ser la primera en reconocer la independencia; mas también ex– presó muy claramente que esta circunstancia no alteraría en lo más mínimo los planes del gabinete inglés. Por último manifestó Lord Liverpool que se habían enviado comisionados a algunos de los estados americanos, y cónsules a otros, con la mira de cerciorarse si estaban aquellos gobiernos tan consolidados que se pudiese ra– cionalmente completar su reconocimiento nombrando agentes di– plomáticos. Aseguró en seguida que los informes de los comisiona· dos no se habían recibido todavía; y que este era el único motivo que había para que no se hubiese efectuado el reconocimiento. Este lenguaje no necesita comento: el por sí solo dice más de lo que pudiéramos expresar nosotros acerca de la marcha que se propone seguir el gabinete británico; y de la necesidad de co– mentar los nuevos estados americanos sobre las sólidas bases un sistema fijo e ilustrado del orden y la tranquilidad pública.
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