Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien

302 MISION GARCIA DEL RIO - PAROISSIEN el orgullo de los americanos; pero ¿Cómo no ven que la Inglaterra obra en esto solo por su propio interés y no por el de aquellos paí– ses? Si no lo tuviese, nada haría por ellos. R.- No se oculta que tiene un interés, pero felizmente está convinado con el nuestro, y además el reconocimiento de una poten– cia tal como la Inglaterra es de la mayor utilidad para nuestra causa. P.- Se engañan Vmds. La Inglaterra les reconocerá, se apro– vechará de esto para sacar todas las ventajas posibles para su comercio, y en caso de verse Vmds. atacados los abandonará (.Creen Vmds. que desenvainará la espada en su defensa? R.- Y o creo que nos protegerá y que protegerá su comercio si se viese amenazado. La América nada tiene que temer de la Es– paña, y en cuanto a las demás potendas, ya han dicho la lnpJaterra y los Estados Unidos que no reconocerán el derecho de interven– ción. P.- Es verdad que la España nada podrá hacer por sí sola, pero puede ser ayudada. Cualquiera sea la conducta de la Inglate– rra, la Francia no variará en nada su políticn porque es bastante fuerte y poderosa para obrar por sí sola, y si enviase una escuadra contra algún puerto de América la pondría en un apuro. Los in– gleses respetarían el bloqueo porque este es un principio incon– cuso que tienen declarado, y no irían a los puertos que los france– ses tuvieren bloqueados como acaba de suceder en España. R.- No bastaría una escuadra para emprender algo contra un país cualquiera de América: se necesitan 25 mil hombres , Y al mes de haber llegado ya habría perecido la mavor parte por efecto del clima. La España habrá enviado unos 50 ó 60 mil hombres a diferentes puntos y apenas quedaban unos débiles re~tos, sin em– bargo de ser los españoles los que parecen resistir mejor a las en– fermedades en aquellas regºones. Por lo que toca al bloqueo no sé si los ingleses lo respetarían en puertos de un país respecto del cual no admiten el derecho de intervención. P.- Sea de e~ to lo que fuese yo creo que a pesar del recono– cimiento de la Inglaterra, todavía no habrán las Américas adelan– tado nada para llegar a ser realmente independientes, pues no lo serán hasta que la España las hayan entendido recíprocamente. La América es una niña que quiere emanciparse porque cree a lle– gado a tal estado que puede manejarse por sí: la España que es la madre piensa que aún no tiene la hija edad ni juicio para ello, y por esto se opone a sus deseos: en semejantes casos es preciso

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