Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien

MISION GARCIA DEL RIO · PAROISSIEN 309 noticia que han sobrevenido en Lima defecciones lamentables, juz– gamos que sería oportuno que se procediese a investigar porque medios se había sustraído nuestra correspondencia con ese supre– mo Gobierno; y que paradero había tenido. Tenemos el honor de renovar a V. S. los sentimientos de la más alta consideración y respeto con que somos, Sus muy obedientes servidores. J. García del Río = Diego Paroissien. N<? 177 París y Noviembre 22 de 1824 Desde que dirigimos a V. S. nuestro último oficio hemos re– cibido, aunque con atraso considerable carta de un amigo nuestro, persona de toda confianza, en que nos dice desde Trujillo con fecha 30 de Abril de este año lo que sigue. "Creerán Vmds. que la mayor parte de los pliegos que Vmds. han remitido al Perú estaban sin abrirse; y que el Señor de Heres los ha abierto aquí entre los papeles que se han traido de Lima". Semejante noticia, al paso que a calmado la inqiuetud en que estábamos por temor de que nuestra correspondencia hubiese pa- 5ado a poder del enemigo e instruyéndole de asuntos que no debía saber, nos ha causado el más vivo asombro. No alcanza en efecto, la imaginación a concebir que puedan haber dictado semejante línea de conducta para con nosotros; pero cualesquiera que ellos sean, es indudable que sus efectos deben haber sido perniciosos al servicio público, como han sido fatales para nosotros. Abandonados a nosotros mismos, por espacio de dos años nuestra posición en Europa ha sido la más delicada y embarazosa. Ahora venimos en conocimiento de que era imposible que el Go– bierno del Perú contestase a nuestras infinitas reclamaciones y nos expidiese sus órdenes, cuando sus diversos Ministros de Es– tado y Relaciones Exteriores no se habían dignado leer nuestras comunicaciones y esperamos, que organizada ya en el Perú, me– diante las victorias y los trabajos de S. E. el Libertador de Colom– bia, una administración reg ..ular tendrá a bien ese supremo Gobier– no dictarnos las órdenes que sean de su agrado. Rogamos a V. S. se sirva acelerar este momento deseado pa– ra que sepamos de un modo positivo si es la intención de ese Go– bierno continuemos prestando nuestros servicios a ese Estado; 0 si por el contrario, nos manda cesar en toda función que t nga

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