Misiones peruanas 1820-1826: misión García del Río-Paroissien

MISION GARCIA DEL RIO - PAROISSIEN 343 a decir, cumplimos lo que se nos había ordenado; y la administra– ción de quien emanaba nuestra autoridad se sirvió aprobar lo que habíamos ejecutado, según consta de tres oficios del Señor Minis– tro de Relaciones Exteriores fechos a 18 de Abril de 1823 que exis~ ten originales en el Archivo de la Legación.= No estando instalado el Gobierno General de las Provincias del Río de la Plata a nuestro tránsito por Buenos Aires, no nos hallamos en el caso, señalado por el artículo 4? de nuestras instrucciones, en que se nos ordena que informemos a aquel Gobierno del asunto que forma la base de nuestras instrucciones reservadas. Y por lo que toca a la soli– citud que se nos mandó hacer para que se auxiliase por aquella parte al Perú a fín de terminar la guerra, quedó obedecida la or– den con los pasos que dimos al efecto, y de que tuvimos la honra de informar al Gobierno en oficio N? 15. Relativamente a lo que debíamos negociar en Europa en el oficio N? 47 dimos cuenta de que el 7 de Octubre de 1822 habíamos obtenido del Señor Ministro de Negocios Extranjeros de S.M. B. una audiencia, en la que presentamos nuestra credencial; y en con– secuencia de lo que se conferenció con S. E. , le dirigimos con fecha 5 de Noviembre del mismo año una memoria sobre el estado del Perú. En ella (según oficio N? 56) indicamos los deseos que tenía nuestro Gobierno de estrechar relaciones con la Gran Bretaña por medio de la celebración de un tratado de amistad y comercio; y manifestamos también que estábamos prontos a presentar al Go– bierno de S.M. B. un plan de acomodamiento que conciliase los intereses del Perú independiente, los de Inglaterra, y los de la mis– ma España. Las graves atenciones que rodeaban al Señor Ministro de Ne– gocios Extranjeros de S.M. B. en el estado en que se encontró la Europa a principios de 1,823, y de que instruimos al Gobierno en una extensa memoria, la noticia que tuvimos el 8 de Enero de 1,823 de la remoción del Ministro de Relaciones Exteriores del Perú, que por el modo en que se ejecutó estaba poco calculada para inspirar confianza sobre la estabilidad del Gobierno de ese país; y por úl– timo el haber recibido el 4 de Febrero del mismo año la proclama en que el Exmo. Señor don José de San Martín anunció su sepa~ ración del mando Supremo nos impidieron dar paso alguno sub– secuente con el Señor Ministro de Relaciones Exteriores de S.M. B., la última circunstancia sobre todo, haciendo necesario la expedi– ción de nuevos poderes para obrar a nombre del Gobierno del Perú de un modo que pudiese obligarles, nos precisó a abstenernos de toda negociación ulterior. Así lo comunicamos en oficios Nos. 75,

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