Misiones peruanas 1820-1826: relaciones diplomáticas con Gran Bretaña
224 COilRESPO 'DF.NCL\. DE JOSE JOAQUI1 OLJ\H:DO aquél ministerio y nosotros, que la carta de llamamiento se expidió en Lima a 10 de Diciemb e de 1824, y la recibimos nosotros aquí el 15 de Abril. Por este principio, y no por el que indica la Con– taduría de haber rendido nuestras cuentas en 6 de Abril : por las razones que tenemos sometidas al Gobierno, y qt e con alta sat is– facción veo parecer j ustas a V. S. S., nos juzgamos, el Señor Pa– roissien y yo con derecho a reclamar 1Luestros honorarios hasta la época señalada.= Por lo que hace al segundo reparo el del pago de la comisión ~obre el empréstito, nada contestaré. Supuesto que el Gobierno no admite el ejemplar de otros que han concedido aque– lla graci2. a sus ministros, ni tampoco la declaratoria hecha por el Fundador de la Libertad del Perú ace ca de su intención y promesa de abonarnos igual comisión a la que concedieron otros estados americanos, me someto a la resoluci6a del Gobierno del Perú. = El tercer reparo que hace el Señor Contador, y se versa sobre el cargo hecho al Gobierno de 160 pesos po1· costo de transporte de algunos efectos de la Legación, es justo. Habiéndosenos dado a nuestra sa– lida de Lima 8,000 pesos sin calidad de reintegro para subvenir a los gastos de viaje hasta Europa, ha sido ciei·tamente e ror el hacer aquel cargo al Estado. = No así por lo que mira al reparo cuarto, el cargo del costo de varios papeles remitidos al Gobierno, y otros gastos pequeños hechos por su cuenta. Nuestras instrucciones nos facultan para ello. = El quinto y último reparo de la Con– taduría es relativo .al cambio o sea el precio a que debe reducirse el peso americano a libra esterlina. El Señor Contador al observar que debíamos cargar al Gobierno L. 4,800 en vez de 6,000 por nues– tros honorarios, y 800 en lugar de 1,000 por los del Secretario, se funda para esto en no sé qué dato que él dice estar universalmente admitido acerca del valor de la moneda de América tiene en Lon– dres, y parece que no tuvo presente nuestro oficio al Gobierno NQ 71, en virtud del cual hemos hecho uniformemente el cargo de ho– norarios. A haber tenido a la vista aquel aficio, o al menos el NQ 182 en que damos al Gobierno explicación sobre cada una de las partidas de nuestra cuenta, no habría podido sentar que se notaba desproporción e irregularidad en al;:;. unas partidas de ellaª respecto de otras ; antes bie habría hallado que el cambio estaba iempre calculado con uniformidad, o por nejor decir, que previendo noso– tros lo mismo que estf. sucediendo, propusimos se fijase para los honorarios una suma que no estuvie,;)c sujeta a aumento o dismi– nución por las variacione.1 del cambio, lo cual n fué desaprobado por el Go )Íe ·no. - Si de los reparos hechos por la Co itaduría paso a examinar las observaciones que con mas conocimiento de cnuL y
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