Misiones peruanas 1820-1826: relaciones diplomáticas con Gran Bretaña
248 CóRRESPOi TDE CIA ·DE JOSE Jú QUI OL IEDO así he creído no solo prudente, sino de mi obligación, prestar oído a las proposiciones de empréstito que se me hicieron en Londres por casas respetables francesas, y aún dar también algunos pasos que preparasen la operación en caso de que viniesen nuevas ins– trucciones. = Con este objeto he venido a París; y realmente he encontrado excelentes disposiciones y propuestas razo~ables; pero _yo necesito mucho mas. Las propuestas son buenas para la circunstancia; pues, ha– llándose nuestros fondos a 30 en la plaza de Londres, que es el termómetro del mercado francés, fuer un triunfo levantar aquí un empréstito a 55, como creo que pudiera conseguirse. Pero como he dicho yo necesito mucho más, para proceder sin nuevas órdenes ter– minantes: o para hablar ,mas claro, yo necesito un precio tan -alto que es imposible en este estado de cosas. Así conjeturando que no es imposible que el Gobierno altere su resolución, no he hecho hasta ahora mas que convenios indeterminados y condicionales para cuan– do · pudiera venir el caso de tratar con mas formalidad. Si nuevas urgenc·as obligasen al Gobierno a mandar abrir un empréstito, y ·supiel?e que se me habían hecho proposiciones razonables que yo ha– bía despreciado, con justicia podría inculparme de haber procedido con negligencia o con falta de previsión. = Estas son las causas de mi venida a París, y este el estado de mis diligencias. = Las noti– cias que aquí corren de América divulgadas por los diarios europeos no son favorables, y -contribuyen mas que otra cosa a la baja pro– gresiva de nuestros fondos, y de nuestro crédito. A los movimientos de Colombia, y sucesos del Perú, relativos a la suspensión del Con– greso, se les dá tal influencia sobre el estado presente y futuro de esas Repúblicas que sería de temer un retroceso en la opinión pú– blica, si, afortunadamente una tempestad, mas formidable, y mas vecina, ~o llamase toda la atención de los políticos, y todo el cuidado de los Gabinetes. En este momento está por romper una guerra entre Portugal sostenido por Inglaterra y España sostenida por la ~rancia. La constitución que el Emperador del Brasil mandó a los portugueses ha hecho brotar una revolución, suscitada por las personas, que cre– yéndose con derecho a la corona, en defecto de Don Pedro, quieren reinar, y reinar absolutamente. Sus partidarios en gran número emigraron a España, desde donde han vuelto a su país armados; y ya han ocupado varias plazas. Inglaterra aliada del Portugal, os– tiene la constitución y su nuevo Gobierno; y ya ha mandado, con este objeto tropas y escuadra. Como la cooperación de España e1 esta invasi~n es casi cierta por los hechos y casi confirmada ofi-
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx