Misiones y documentación de cancillerías extranjeras
Xlll San Martín desarrolla sus ideas, en la medida en que los acon· tecimientos le presentan diversas coyunturas favorabies . El orgullo hispano se abate en, los documentos que se cam· bian entre el general patriota y los sucesivos virreyes Pezuela y La Serna. Se adivina en éstos la fal ta de convicción para seguir manteniendo el Imperio que habíase sostenido casi tres siglos . Son emocionantes los testimonios de canjes de prisioneros pa· triotas y realistas. Se trasluce el deseo de San Martín, y Pezuela de dulcificar la suerte de aquéllos. Es conmovedor el esfuerza de ambos generalísimos para que se cumplan los "principios de la ley de las naciones y del derecho de guerra", tantas veces olvida· dos en las dramáticas guerras de la independencia. Consta asimismo, la intervención británica, solicitada por am· bos bándos, para que actuasen fos marinos ingleses como benéfi· cos intermediarios entre los combatientes. Pero esta circunstan· cia no les impedía a los patriotas protestar con altivez, cuando los mercantes británicas trataban de burlar un bloqueo, amparán· dose en la disimulada ayuda que les prestaban los jefes navales de esa naciomllidad, partidarios por lo general de la independencia. En las comunicaciones que se reproducen, aparece un aspecto poco conocido de Lord Cochrane: el del experto en materia _de los derechos de los beligerantes en un bloqueo, derechos que él se esforzó, y por lo común con exiw, en que fuesen reconocidos. Cochrane no mostró en esto debilidad frente a sus compatriotas. Muy lejos de ello, con la fuerza de su prestigio extraordinario de gran marino y de su alta posición social, no trepida en exigir que se respete "al estado independiente [-dice en una carta al Capitán de Navío Thomas Searle-], a quien tengo el honor de servir, ni tampoco hacerme un insulto personal". No contento con este paso, invoca que las informaciones de Searle a Europa no se basen úni· camente en las Gacetas oficiales del Virreinato, con la consecuen· cía de que en Europa y los Estados Unidos de América se publi· quen, "perjudiciales falsedades sin la menor contradicción". Pide que se de también lugar a los boletines patriotas.
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