Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá
144 RAUL PORRAS BARRENECHEA sinceridad, franqueza y rectitud que forman el carácter de su política. Pero por desgracia tiene el gobierno datos relativos a ciertas tramas que parece se forman en Bruselas por algunos expulsados del Perú, ayudados por agentes franceses y españoles, y, según se asegura protegidos por empleados del emperador del Brasil que ha prometido coadyuvar a sus planes a fin de destruir el presente estado político del Perú entregando el país a Riva-Agüero puesto de ao; erdo con los españoles, o bien a los horrores de la anarquía. Aunque el gobierno no puede creer que el gobierno del Brasil se abaje a cometer semejantes atentados, la prudencia le dicta que use de cuantos medios estén a su alcance para evitar los males con que se le amenaza. V. cuidará por tanto con todo esmero de descubrir cuales sean los proyectos que pueda haber conce– bido el Gabinete de Rio Janeiro con respecto a las nuevas repú– blicas de América, y si con efecto trabajan sus agentes en nues– tro daño. No puede V. dejar penetrarse de que éste es el deber más importante que corresponde a V. desempeñar en obsequio de su patria. Y no puede dudar el gobierno de que lo llene V. perfec– tamente, mediante el celo, discreción y perspicacia de que está dotado. Al efecto procurará V. ponerse en correspondencia con Euro– pa, señaladamente con los encargados de negocios del Perú Sres. Olmedo y Paredes, cuyos oficios para el gobierno podrán pasar también por manos de V., a fin de que reciban pronta y segura dirección. La correspondencia de V. con este ministerio deberá ser fre– cuente y circunstanciada, ya con re pecto de los negocios del Bra– sil, ya también a los de Europa, que igualmente int resa al Perú conocer con anticipación y exactitud, Espera el gobierno re ibir por medio de V. datos y noticias muy importantes; así como los papeles públicos que ofrezcan alguna utilidad. Con respecto a las facultades y derechos de eón ul g neral, V. se uniformará a la practica establecida con los demás cónsu– les de otras potencias. La tarifa del consulado francés podrá servir a V. de norma, mientras el gobierno se ocupa de arreglar las que deban regir en nuestros consulados. Dios guarde a V. José María de Pando
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