Obra Gubernativa y Epistolario de Bolívar El Congreso de Panamá

10 RAUL PORRAS BARRENECHEA Pablo de Olavide (1725-1803), aquel a quien Voltaire escribiera an– helando que hubiera en España cuarenta hombres como él, y a quien la Convención declarara ciudadano honorario de la Repúbli– ca francesa. Ese limeño enciclopedista y libre - pensador concibió, como Miranda, la revolución como una gran empresa común. Ola– vide, según lo refiere el mismo Miranda, en unión de los jesuitas Salas, chileno y Pozo, peruano, fundaron en 1795, en Madrid, una asociación secreta, para trabajar por la independencia de América a la que dieron el nombre de «Junta de las ciudades y provincias de la América Meridional». Los Delegados de esta Junta que se en– trevistaron con Miranda con el fin de obtener el apoyo inglés a sus planes de independencia, firmaron acuerdos y convenios asumien– do una representación diplomática espontánea de todos los países de América y determinando las ventajas. comerciales y políticas que habrían de otorgarse a los gobiernos de Inglaterra y Estados Uni– dos si estos favorecían sus planes. Miranda y Olavide tuvieron, de– legados por esta Junta, poderes de verdaderos plenipotenciarios •ante los gabinetes de Europa a nombre de la ideal e inexistente nación americana. Con tales títulos se presentaba Miranda, en Lon– dres, en 1798: «El infrascrito - decía el 16 de enero de 1798, al Mi– nistro inglés Pitt - agente principal de las colonias sudamerica– nas, ha sido designado por la Junta de los Diputados de México, Lima, Chile, Buenos Aires, para presentarse a los Ministros de Su Majestad ·Británica, con el objeto de reanudar a favor de la inde– pendencia alJsoluta de dichas colonias, las negociaciones comenza– das en 1790 y conducirlas, con la mayor brevedad posible al punto de madurez que el momento actual parece ofrecer, terminándolas en fin por un tratado de alianza semejante - en cuanto puede per– mitirlo la distinta situación de las cosas - al ofrecido por Francia y concluido por ella en 1778 con las colonias inglesas de la Amé– rica del Norte» (1). La idea cardinal del Congreso de Panamá, la irrealizable uto– pía de Bolívar, de una acción solidaria y hasta de una federación hispanoamericana frente al viejo mundo, tuvo pues su realiza– ción anticipada en Miranda, plenipotenciario espiritual de Améri– ca ante la Europa monárquica, cuyas credenciales no llevaban más refrendaciones que las de la fe y la de la esperanza visionarias. Las logias y sociedades secretas fundadas en 1797 por Miranda, (1) Jules Mancini.-Bolívar y la emancipación de las colonias españolas.– Ed. Bouret -1914- Pág. 186.

RkJQdWJsaXNoZXIy MjgwMjMx